Martes 18 de mayo de 2010, p. 8
Un entierro múltiple de 2 mil 70 años de antigüedad fue descubierto en la zona arqueológica de Chiapa de Corzo por investigadores mexicanos y estadunidenses; al parecer, es la tumba más antigua de un dignatario en Mesoamérica.
El equipo de científicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia y de las universidades de Brigham Young y la Nacional Autónoma de México hallaron dentro de una pirámide la tumba de un dignatario de filiación zoque.
El entierro consiste en los restos óseos de cuatro individuos, dos adornados con jade, utensilios de cerámica y otros objetos preciosos para la cultura y la época, el esqueleto de un joven y en un anexo se halló la osamenta de una mujer. Según los investigadores, la relevancia académica del hallazgo radica en que permitirá ajustar las cronologías de desarrollo de las antiguas culturas olmeca y maya, además de revelar que el uso de pirámides como recintos funerarios es más antiguo de lo que se creía.
Los expertos determinaron de manera preliminar que la tumba data del periodo Preclásico medio, entre los años 700 y 500 aC, dato que se confirmará tras los estudios de carbono 14, estroncio y ADN que se practicarán a las osamentas.
Los restos se encontraron en una cámara funeraria con un anexo, ubicada dentro de una de las estructuras más tempranas del Montículo 11, de Chiapa de Corzo; una pirámide que debió tener entre seis y siete metros de altura, escaleras de barro y un templo en la parte superior.
Se halló una tumba de cuatro por tres metros, localizada a unos siete metros en el Montículo 11, donde estaban los restos de tres individuos; uno que corresponde a un personaje masculino de alto rango, según lo señala el rico atavío con que fue enterrado.