Madrid, 14 de mayo. En sólo tres días, la Unión Europea (UE) y América Latina pretenden relanzar y transformar sus relaciones bilaterales, en lo que serán unas jornadas de incesantes de reuniones a varias bandas en las que se aspira a decidir parte del futuro inmediato de ambas regiones.

Una de las cuestiones pendientes que despierta más interés es la reanudación de las negociaciones de un acuerdo de asociación entre la UE y el Mercado Común del Sur (Mercosur), suspendidas por el malestar de Brasil y Argentina contra el proteccionismo impuesto por algunos países europeos a sus productos agrícolas.

Desde el próximo domingo se reunirán en torno a la presidencia de turno de la UE de España los más destacados dirigentes europeos y latinoamericanos, con la representación de 55 países, de los cuales alrededor de 35 tendrán la presencia máxima de su jefe de Estado o de gobierno.

El mandatario español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, preparó esta serie de reuniones con la convicción de que sea el colofón ideal para el semestre que detentó la presidencia de turno de la UE. Sin embargo, los problemas internos –el aumento del desempleo, el drástico plan de ajuste y el anuncio de una huelga general de funcionarios– empañan los encuentros.

La agenda oficial está dividida en una gran cumbre, la que reunirá en un salón plenario a todos los representantes de la UE, América Latina y el Caribe, y en la que se abordarán las cuestiones de política general y se intentará establecer una agenda común para afrontar una serie de desafíos. Entre los retos de las autoridades europeas, según la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, está fijar una postura común ante el nuevo escenario abierto por la crisis económica y financiera internacional, la lucha contra el cambio climático, el reto de la reconstrucción de Haití, la lucha contra la pobreza, la exclusión social y la mejoría de la educación.

Es probable que haya una mención especial a la ley aprobada en Arizona, aunque todavía es prematuro decir si será una condena o una simple declaración de preocupación.

Otro tema central, pero al mismo tiempo polémico, es el relacionado con los feminicidios y la situación de la mujer en general en ambos continentes.

España, especialmente, pero también Brasil y los países del norte de Europa, están muy interesados en que en la declaración final haya una mención expresa a este fenómeno, con el objetivo de comprometer más a los gobiernos a diseñar políticas públicas que sean efectivas en la protección de las víctimas y leyes que protejan a las mujeres de potenciales agresores, además de evitar la impunidad.

Las autoridades europeas celebrarán minicumbres con los países de Centroamérica, a las que sí acudirá el presidente de facto hondureño, Porfirio Lobo, quien fue vetado por los países que integran la Unasu, a la cumbre global, al considerar que carece de legitimidad por su forma de asumir el poder.