Cannes, 9 de mayo. Con los cataclismos financieros que a diario copan los titulares y que hacen temer lo peor, el director británico Ridley Scott rescata un personaje que hoy día contaría con especial simpatía: Robin Hood.

La leyenda de este noble que robaba a los ricos para repartir el botín entre los pobres inaugurará el 12 de mayo la 63 edición del festival de Cannes, con el neozelandés Russell Crowe como protagonista.

Y es que la crisis también se ha hecho sentir en la joya de la corona de los festivales cinematográficos, que tan sólo presenta 18 películas a concurso (habitualmente superan las 20).

Discreta presencia de EU

A ello se suma una discreta presencia del cine estadunidense, con sólo una película a concurso: el neoyorquino Doug Liman, que tiene entre sus créditos muchas series de televisión y películas de acción como The Bourne Identity o Sr. y Sra. Smith, presentará Fair Game, thriller político con Sean Penn y Naomi Watts.

La australiana protagoniza además lo nuevo del también neoyorquino Woody Allen (You Will Meet a Tall Dark Stranger). La cinta, que cuenta con An-thony Hopkins y el español Antonio Banderas en el reparto, forma parte de los estrenos paralelos del certamen.

También fuera de concurso se estrenará Wall Street: Money Never Sleeps, de Oliver Stone, la secuela de la cinta que a finales de los años 80 del siglo pasado hizo el director estadunidense sobre un inescrupuloso magnate de las inversiones (Michel Douglas).

Más que esperado es Biutiful, el nuevo trabajo de Alejandro González Iñárritu, que en 2006 se llevó el premio al mejor director por Babel. La película, que trata la inmigración, está protagonizada por los españoles Javier Bardem y Rubén Ochandiano, así como por la argentina Maricel Álvarez.