Chucho Ramírez, en espera de lo que decida la directiva; afirma que no renunciará
Un madruguete en el gol de Sinha y un contragolpe que concretó Tripa Pérez sentenciaron la serie
Lunes 10 de mayo de 2010, p. 3
Toluca, 9 de mayo. El técnico americanista Jesús Ramírez se hundió en el infierno rojo y quedó con la soga al cuello tras la eliminación de las Águilas –afectadas por diarrea– en su visita a los Diablos Rojos, que ganaron 2-0 (global de 4-2). Los choriceros pelearán ahora el boleto a la final frente a los Tuzos del Pachuca.
Con el rostro desencajado, Chucho se presentó a la rueda de prensa, donde confesó su molestia por el desastre que fue su equipo. No tuvimos defensa ni ataque ni nada
, dijo lacónico.
América lleva cinco años y contando sin poder rescatar un triunfo en el estadio Nemesio Diez, donde este domingo parecía fundido por la altitud y los 30 grados centígrados de temperatura; sin embargo, según el médico Joaquín Ledezma, cinco jugadores, entre ellos Fernando López, Jean Beausejour y Rosinei Adolfo, estaban ayer con diarrea por algo que ingirieron en el hotel de Avándaro, donde estuvieron concentrados.
En efecto, el América saltó a la cancha como si no estuviera disputando nada importante; los equipos perdían el balón con facilidad y lo más llamativo fueron los insultos de las barras locales hacia el cuadro visitante.
El ritmo soporífero duró casi media hora, hasta que al minuto 27 de acción Juan Carlos Silva cometió falta sobre Sinha; al cobro fue Manuel de la Torre, quien madrugó, se anticipó al pitazo y sirvió para Antonio Naelson, quien remató con certero flechazo cruzado que dejó sin opciones al portero Armando Navarrete.
Al instante salió Chucho Ramírez del banquillo y envió a calentar a los jugadores de banca. Antes de irse al descanso, los visitantes generaron pocas opciones; en una de ellas, Ángel Reyna se escabulló por el centro, sembró a José Manuel Cruzalta y a Carlos Esquivel, pero su remate fue flojo.
El timonel amarillo sacó a Miguel Layún e ingresó al Negro Sandoval en la parte complementaria, quien a los pocos minutos remitió un tiro que se estrelló en el larguero. En otra oportunidad, centró hacia Reyna, quien buscó acomodarse el esférico y echó por la borda el avance.
José Manuel de la Torre, estratega local, también hizo movimientos: ingresó a Vladimir Marín por Néstor Calderón; más tarde, ya casi con el juego resuelto, envió al campo a Manuel Pérez y Raúl Nava, mientras Ramírez quemó sus naves con la entrada de Enrique Esqueda y Joaquín Martínez; este último entró por el lesionado Fernando López. Sinha estaba fatigado, pidió su cambio y se fue entre ovaciones.
En un contragolpe, Manuel Tripa Pérez hizo volar plumas al aire: dio la puntilla a las Águilas al entrar por el centro y rematar con precisión a la derecha del portero Navarrete. En ese instante Michel Bauer y Jaime Ordiales, presidente y director deportivo del América, se levantaron de sus asientos, miraron unos instantes el desastre y salieron anticipadamente del estadio.
Desquiciado, Reyna fue a hacer reclamos airados al silbante Francisco Chacón, quien le mostró el cartón rojo, al minuto 88.
José Manuel de la Torre expresó: Nos quedan dos partidos importantes para llegar a lo que queremos, aunque siempre hay cosas importantes por consolidar. El partido fue muy disputado, aunque el clima no ayudó y mermó el espectáculo
.
Ante la eliminación de Monterrey y Chivas, líder y sublíder generales, El Chepo rechazó la etiqueta de favorito, pese a ser el nuevo líder entre los sobrevivientes: Para mí todos son favoritos, cualquiera le gana a cualquiera
. Respecto de Tuzos, su rival en puerta, manifestó que jugarán miércoles y sábado, y hay que ir por ellos
. No prometió nada acerca de su conducta, que le ha ganado expulsiones: Soy como soy y se acabó, yo no cambio
.
Chucho Ramírez sostuvo: “Fue el eterno problema: no concretamos; realmente Toluca no tuvo mucha llegada... Fue un torneo muy sui generis, con todo lo que pasó, las lesiones de Kevin, Jagger y hasta aquí nos alcanzó. Obviamente no estoy tranquilo, estoy muy molesto”. Luego de conducir a las Águilas durante tres campañas, con dos arribos a los cuartos de final, poco dijo sobre su futuro; no renunciará y quedó en espera de cualquier decisión de su directiva.