Los jóvenes que forman parte de “pandillas juveniles son carne de cañón para los cárteles de las drogas, ya que están siendo utilizados principalmente como sicarios y distribuidores de droga”, afirmó el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana plantel Xochimilco José Luis Cisneros, al participar en un foro en el Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).

El docente explicó que “el fenómeno de las pandillas está extendido a todo el país, y no sólo se concentra en las zonas fronterizas, ni los únicos casos en que pandilleros trabajan para los cárteles se encuentran en las sociedades que han establecido Los Aztecas con el cártel de Juárez, y Los Artistas Asesinos con Sinaloa”.

Durante la mesa denominada Pandillas juveniles, José Luis Cisneros consideró que entre las principales causas que han llevado a la proliferación de estos grupos y su vinculación con actos delincuenciales están el desvanecimiento social, la pérdida de valores y la falta de oportunidades de educación, salud y empleo.

Refirió que “en muchos casos, sobre todo en las fronteras norte y sur, y en entidades como Chihuahua, donde se registra un gran número de actos de violencia, se ha detectado que los miembros de pandillas de entre 14 y 23 años están siendo utilizados como sicarios, y están cooptados no sólo por la gran oportunidad que les dan las organizaciones criminales, sino por el hecho de que también son consumidores de drogas.

Los integrantes de pandillas son personas con falta de oportunidades a gozar de derechos básicos, y se mueven en espacios donde la delincuencia organizada está ofertando proyectos de vida mejores que el sistema institucional.

Por su parte, la magistrada Silvia Patricia Orea Ochoa, de la primera sala de justicia para adolescentes en la ciudad de México, afirmó que el derecho penal no será la varita mágica que resuelva la problemática de las pandillas. Sin embargo, acotó que oficialmente en el Distrito Federal no se tienen reportes de que esto constituya un problema muy grave.