Capacitar para avanzar
S
e oye fácil, Documento de Voluntad Anticipada, pe-ro numerosos factores entran en juego para su correcta aplicación. Una cosa es legislar a partir de buenas intenciones y otra, muy diferente, aplicar el espíritu de la ley a la realidad, sobre todo cuando esa ley cuestiona añejos esquemas de valores y altera patrones de comportamiento muy arraigados
, afirma la sicóloga con máster en tanatología María de la Soledad Escamilla, titular del programa de la Coordinación Especializada en materia de Voluntad Anticipada de la Secretaría de Salud del Distrito Federal.
“Ha sido una constante labor de capacitación en varias direcciones desde que iniciamos la coordinación, en marzo de 2008 –abunda la también miembro y vicepresidenta de la Asociación Mexicana de Tanatología–, ya que primero empezamos a trabajar en una cultura por la ley, algo parecido a esos condóminos que se reúnen sin tener mucha idea de sus derechos y obligaciones.
“También nos topamos con mentalidades escrupulosas, renuentes a mencionar siquiera la palabra eutanasia, por lo que todos los partidos en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal estuvieron de acuerdo en utilizar en la ley el término ortotanasia o muerte correcta, que distingue entre curar y cuidar, sin provocar la muerte de manera activa, directa o indirecta.
“Asimismo, hubo que empezar a capacitar tanto a legisladores como a diferentes áreas del sector salud y a representantes de los medios de comunicación. Trabajamos permanentemente para sensibilizar a la población del DF en torno al concepto de muerte digna. En enero de 2009 se publicó un decreto de modificación de la Ley de Salud, que incluye la obligatoriedad de atender con cuidados paliativos a pacientes crónicos en toda la República.
“En 2008 ofrecimos a personal médico el primer diplomado en cuidados paliativos avalado por la Universidad Nacional Autónoma de México; la Facultad de Medicina considera incluir la materia de cuidados paliativos para sensibilizar a los futuros médicos con respecto a otras actitudes y opciones en torno a la muerte.
Ha habido una entendible resistencia a nuevas propuestas, una tendencia evasiva de la ciudadanía a determinados temas, un sector médico demasiado rígido en torno a la muerte y una peculiar cultura mexicana de vida-muerte. Calaveritas y otros elementos más bien como mecanismos de defensa, sobre todo entre la población urbana
, concluye la licenciada Escamilla. (Continuará)