Nueva Orléans, 25 de abril. Un sobrevuelo detectó una marea negra de petróleo de 30 por 30 kilómetros que emana de la plataforma semisumergible Deepwater Horizon, la cual se hundió el jueves pasado, dos días después de una explosión que dejó 11 trabajadores desaparecidos.

El combustible salía a borbotones y cubría un área de mil 35 kilómetros cuadrados, informaron funcionarios el domingo.

El gigante petrolero británico BP, que usufructúa la plataforma, inicialmente había dicho que no había derrames de petróleo, pero una embarcación robótica detectó el sábado dos hoyos en el conector que vincula la boca del pozo con la plataforma hundida. El portavoz de BP Ron Rybarczyk estimó que los derrames, a unos mil 500 metros de profundidad, están liberando mil barriles de petróleo por día en el océano.

Un avión de los guardacostas había ubicado el derrame el sábado a unos 64 kilómetros de la costa de Luisiana, hogar de gran variedad de aves acuáticas y de una rica vida salvaje. BP afirma que considera dos opciones para sellar los derrames.

La primera es recurrir a un dispositivo hidráulico, llamado válvula preventiva de escapes, que está instalado en la cabeza del pozo como parte del equipo existente de la plataforma, para sellar la fuga de petróleo.

Un plan B a largo plazo sería instalar un pozo auxiliar, que involucraría perforar un nuevo hoyo cerca del pozo, interceptar la tubería averiada y bombear cemento o barro hasta que ésta quede sellada.

La barcaza estalló cuando cargaba combustible en las terminales LBC en Sunshine, Luisiana, informaron funcionarios. Dos personas resultaron heridas, aunque se desconoce su gravedad.