Michelle Obama finalizó ayer su visita oficial a México, en donde declaró que prefiere una visión integral de la lucha contra las drogas y que apoya una reforma migratoria en Estados Unidos.

Antes de partir rumbo a San Diego, California, para continuar con su campaña contra la obesidad, se reunió con empleados de la embajada estadunidense para pedirles que continúen su trabajo por mejorar las relaciones entre los dos países, marcadas por la violencia que genera el narcotráfico en la zona fronteriza.

También dialogó con 12 jóvenes líderes mexicanos, a quienes les pidió luchar por el cambio, pero con paciencia. Lo único que ocurre instantáneamente es la destrucción. Lleva decenios construir algo significativo, puntualizó.

El encuentro ocurrió en un salón de la antigua Hacienda de Los Morales, en la zona de Polanco, donde se colocó una mesa ovalada, alrededor de la cual la esposa del presidente estadunidense y los jóvenes intercambiaron puntos de vista sobre temas como las políticas públicas de carácter social. Algunos de ellos portaban indumentaria indígena.

El miércoles por la noche, en declaraciones a CNN, Michelle Obama dijo que es partidaria de promover un enfoque integral en la lucha contra el tráfico de drogas, que no sólo contemple la represión. La respuesta es que debemos continuar luchando (contra las drogas), pero también buscar otras formas para resolver el problema, agregó.

Se refirió luego a los niños y jóvenes que cruzan la frontera de manera indocumentada para encontrarse con sus padres, y consideró que una reforma migratoria ayudaría a aliviar este problema.

Tras su encuentro con los jóvenes promotores de proyectos sociales, la señora Obama se trasladó al hangar presidencial del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde escuchó a un coro integrado por 57 niños que interpretaron en inglés y en español diversas canciones, entre ellas The power of the song, composición del legendario cantante e intérprete de música folk Pete Seeger.

Al concluir el repertorio, abordó el avión de la Fuerza Aérea estadunidense que la llevó a San Diego, donde continuará con su campaña contra la obesidad. Fue despedida por el subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Julián Ventura; el embajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarukhán, y el embajador estadunidense en el país, Carlos Pascual.

Cinco minutos antes del mediodía despegó el aeroplano 90004, con lo que concluyó la primera gira oficial que la señora Obama realizó al extranjero sin la compañía de su esposo. El embajador Carlos Pascual aseguró que se fue con la imagen de que (México) es un país cálido, dedicado a la familia, en el entendido de que hay un potencial tremendo. Se fue (...) contenta y fascinada por lo que está pasando, especialmente con la juventud dentro de este país.