Los números no significan nada. No en el futbol. No al menos para Rubén Omar Romano, entrenador del Santos, a quien le molesta hablar de números, como si fuera sólo una superstición que no corresponde con la realidad. La estadística no dice nada, responde con voz ronca, esas tendencias se rompen.

En cambio, las cifras que sí importan para el entrenador argentino son los puntos que acumulan hasta hoy y que los tienen en la cima del grupo tres, con 24 unidades, una más que su escolta Cruz Azul, y tres más que el rival que enfrenta en Ciudad Universitaria, donde los de Torreón no salen con el triunfo desde el Verano de 2002.

Vencer a Pumas les daría prácticamente el boleto a la liguilla. Aún faltan tres encuentros más, acota Romano, pero en este partido contra uno de sus escoltas les devolvería ese margen que han perdido en las dos recientes fechas, en las cuales cayeron ante Chivas y Jaguares. Les dejaron otra cifra molesta: nueve goles en contra.

Hay que tomarlo con tranquilidad y retomar las cosas que veníamos haciendo, dice oculto tras unas gafas oscuras, mientras se escabulle entre el personal de seguridad de un hotel en Polanco.

En tanto, el portero Oswaldo Sánchez desciende del autobús que los trajo del aeropuerto. Baja con calma y sonriente, pese a que a él sí le preocupan ciertos números. No son nueve goles en dos partidos. Son 10 en tres juegos, para ser exactos. Eso es peor aún que nueve, expresa sobre sus propias cuentas, y agrega que el futbol es así de impredecible.

De repente te tiran de todos lados y las meten, y de repente no cae ninguna. Estamos en ese momentos... o bueno, más bien estábamos, corrige sonriente, porque está seguro de que clasificarán.

No deja que le gane la ansiedad, dice, porque cuando más te obsesionas con algo, más te suceden las cosas.

Por eso se sienten obligados a ganar en Ciudad Universitaria, no importa que no lo hagan desde hace ocho años. Van con precaución, no confían en que Pumas se quedó sin tres jugadores titulares: Efraín Juárez, Pablo Barrera e Israel Castro. “Seguro que los chavos que entrarán por ellos buscarán hacer las cosas bien. Van a matar por un lugar. Eso los hace más peligrosos”, admite.

Más tarde, Puebla recibe a Indios; de ganar este duelo, junto con la combinación de otros resultados, los Camoteros podrían tener posibilidades de ir a la liguilla. La Tribu sólo cuenta las semanas para despedirse de la primera división.