Convoca museo a concurso infantil para revivir esa iniciativa cultural
Miércoles 7 de abril de 2010, p. 4
En pleno auge cultural revolucionario surgieron las Escuelas de Pintura al Aire Libre, como un movimiento contra los acartonados talleres de la academia y para incorporar nuevos conceptos pedagógicos que dieran libertad creativa.
Su presencia durante la segunda década del siglo XX introdujo estilos vanguardistas europeos, como el impresionismo, pero fundamentalmente incorporó a campesinos e indígenas al quehacer artístico nacionalista.
El Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo presenta la muestra Las Escuelas de Pintura al Aire Libre: Tlalpan, en la que explora el legado artístico de estos centros de formación, centrando la atención en ese plantel al sur de la ciudad y en la figura de Francisco Díaz de León, quien fue alumno y luego director de ese recinto, de 1925 a 1932.
La exhibición se compone de 60 obras, que incluye óleos, acuarelas, pasteles, grabados, fotografías, impresos y material didáctico, la mayoría provenientes del acervo creado por el propio Díaz de León y que donó a la Fundación Andrés Blaisten.
Una huelga de estudiantes de la Academia de San Carlos, quienes en 1911 demandaban renovación en los métodos de enseñanza, fue el origen de las Escuelas de Pintura al Aire Libre (EPAL), que compartieron espacio en el nacionalismo posrevolucionario, el movimiento de educación impulsado por José Vasconcelos, el muralismo, el estridentismo y la nueva gráfica mexicana.
Denuestos contra las EPAL
La primera escuela se abrió en Santa Anita, en 1913, conocida como Barbizón, por impulso del pintor Alfredo Ramos Martínez, recién llegado de Europa y quien había asumido la dirección de la Academia de San Carlos.
Después, a partir de 1920, se abrieron los planteles en Chimalistac (trasladado a Churubusco) y Coyoacán, que acogió a jóvenes de clases medias que pintaban obras impresionistas y naturalezas muertas, alumnos que más tarde se convirtieron en profesores.
Siguieron Xochimilco, Villa de Guadalupe y Tlalpan, donde la tendencia fue formar niños de entre nueve y 15 años de edad provenientes de familias humildes, indígenas y campesinos en su mayoría, quienes más allá de cánones estéticos, plasmaban los colores y temáticas de sus lugares de origen, donde abundaban paisajes rurales y retratos.
Para los años 20 del siglo pasado había 11 planteles, algunos más allá de las fronteras de la ciudad, en Cholula, Morelia, Taxco y Guadalajara.
A pesar de haber formado a generaciones de artistas y presentar exhibiciones fuera del país con éxito, las EPAL fueron denostadas y calificadas de infantilismo, además de que el Estado comenzó a impulsar el arte entre las clases urbanas y obreras. Fue hasta los años 70 de la centuria anterior cuando se comenzó a brindar reconocimiento a las EPAL y su aporte a la plástica nacional.
La muestra se divide en tres ejes temáticos: Los alumnos. La generación de 1917-1925, que incluye obras de los educandos fundadores; Francisco Díaz de León, un recorrido por su labor como alumno y luego como director y la Escuela de Pintura al Aire Libre de Tlalpan, que se enfoca en los discípulos de ese plantel.
Para revivir el espíritu de las EPAL, que brindaban clases, materiales, becas y hasta dormitorios a aquellos niños y jóvenes de clases populares, el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo ha convocado al concurso infantil de pintura Al aire libre en mi ciudad. El propósito es que a partir de su visita a la exposición retraten desde su propia perspectiva su metrópoli durante un taller en ese espacio cultural, donde se brindará el material para la obra.
La muestra se abrió al público el pasado 24 de marzo y concluirá el 29 de mayo, en el recinto ubicado en calle Diego Rivera esquina Altavista, colonia San Ángel Inn.