Además de aclarar que Indios de Ciudad Juárez no se vende, Francisco Ibarra, propietario del club, dio a conocer otros motivos que gravitaron en el descenso del equipo: algunos jugadores están siendo extorsionados, su tercer portero se les fue de un día para otro en diciembre, ya que estaba amenazado de muerte, y los futbolistas en todo piensan menos en jugar.

Eso sí, el directivo no utiliza esto como un pretexto para su anticipada caída a la liga de ascenso, y en la rueda de prensa de ayer en un hotel ubicado en la Terminal Dos del aeropuerto capitalino, agradeció a los jugadores su profesionalismo, porque además les debe quincena y media de sueldo.

El directivo evitó dar nombres de los jugadores que estaban siendo extorsionados; sin embargo, dijo que son casi una docena y se lo han confesado muy en privado y sin compañeros presentes.

Por la situación que vive la ciudad, estimó que esto es lo menos importante, porque ellos están bien cuidados.

Más que aclarar este asunto, prefiere que se haga en el caso del que era su entrenador de la Sub-17, al que mataron, o el de uno de sus primos, quien se encuentra entre los más de 5 mil muertos que ha habido.

Para dar mejor idea de lo que pasa en Juárez puso otro ejemplo: en Chihuahua se vive un proceso electoral delicado en este momento, estatal, municipal y el Congreso cambia. Hace unos días fue la elección interna del candidato a la gubernatura por el Partido Acción Nacional y tras concluir secuestraron al hijo de uno de los precandidatos. Lo acaban de liberar hace unos días, se manejó con mucha discreción, pero así de delicado está. Ellos no se salvan, mucho menos un ciudadano común.

Francisco Ibarra, dueño de Indios, dio una conferencia ayer, en la cual dijo que al menos una docena de jugadores son extorsionadosFoto Notimex

Ibarra destacó que la gente, amenazada, huye de la ciudad y tiene mucho miedo de salir, pero a pesar de eso el sábado anterior llenaron el estadio y aunque Indios perdió 2-1 su único gol lo festejaron como si fueran los campeones del mundo.

Por ello es que quiere mantener este proyecto social y le perjudica que algunos medios de comunicación de la capital digan que se vende el equipo. Informó que tiene más de 300 jugadores registrados en la Federación Mexicana de Futbol (FMF) y, mientras pueda, mantendrá el club.

Por cierto, confió que cuando llegó a la FMF le hablaron de mafias en el futbol, pero los dos años que estuvo cerca de los árbitros y los dirigentes nunca vio un acto de corrupción. Lo único que comentó sobre los silbantes es que uno de ellos le confesó que no quería ir a Juárez, y lo entiendo, pero no lo justifico, y hay equipos que han dicho lo mismo.