Industriales de Iztapalapa anunciaron la creación de 16 centros de acopio de residuos sólidos en la ciudad de México, con el esquema de cooperativas, para reducir el volumen de los envíos diarios al relleno sanitario Bordo Poniente, crear fuentes de empleo, reactivar el mercado interno y lograr la comercialización de los productos derivados de su procesamiento.

La basura es una mina de oro para trabajadores de limpia, amas de casa y pequeños empresarios, que al venderla para su reciclamiento, desde 60 centavos hasta 80 pesos el kilo, según el material de que se trate, cuentan con ingresos adicionales para comprar alimentos o solventar algunas necesidades apremiantes.

Sin embargo, la mayor parte hoy está en manos de pequeños grupos que manejan los rellenos sanitarios o tiraderos, los cuales especulan con los precios de los residuos en el mercado, dado que se trata de un sector sin regulación local o federal, explicó Pedro Salcedo García, presidente de la Asociación Latinoamericana de Micro y Pequeños Empresarios (Alampyme).

En la Ley de Establecimientos Mercantiles esta actividad no aparece, por lo que es imposible regularla y menos sancionarla, por lo que el Gobierno del Distrito Federal impulsará un programa para crear 16 centros de acopio, uno por delegación, que cuenten con un apoyo económico hasta de 300 mil pesos para la habilitación de espacios, compra de maquinaria y los gastos operativos y de capital que genere.

Los créditos los entregaría el Fondo de Desarrollo Social (Fondeso) –destinado a las micro y pequeñas empresas– con el propósito de crear estas cooperativas y generar empleos en cada una de las delegaciones; se les apoyaría con un plan de negocios para la comercialización y transformación de los productos que reciban, precisó.

Salcedo García mencionó que existen empresas dedicadas a la exportación de estos productos, pues la basura es una industria muy rentable. En Iztapalapa, por ejemplo, no sólo los trabajadores de limpia, sino amas de casa y niños se dedican a la recolección de pet, latas de aluminio y cobre que venden en los denominados corredores de pepenadores, ubicados en Cabeza de Juárez, Santa María Aztahuacán, Santa Cruz y Paraje San Juan a dos y hasta 80 pesos por kilogramo.

El dinero lo destinan a la compra de tortillas, leche, frijoles o artículos escolares. Cuando el monto lo permite pueden pagar la renta y servicios. Mujeres y niños colaboran en la separación de residuos, pues la ley en la materia es letra muerta y así reactivan la economía local.

Los industriales agrupados a la Alampyme impulsan una campaña denominada Recicla desde tu casa, oficina y negocio. Dicha medida se complementará con la creación de los centros de acopio, donde se procesará pet para la fabricación de zapatos, corbatas, camisas, impermeables y pantalones; para los recicladores el polvo de las llantas es oro molido al ser utilizado en la mezcla de concreto hidráulico en el Circuito Interior –llancreto– para darle mayor flexibilidad, agarre y permeabilidad, lo que evita la aparición de baches, como sucede con el asfalto normal.

La empresa Cementos Mexicanos (Cemex) utiliza el llancreto en la construcción de otras vialidades del Distrito Federal, ante el alto grado de sismicidad que se tiene; el Metrobús lo usa para la separación de carriles; el Metro para proteger sus trenes, y las autoridades capitalinas para amortiguar los impactos de vehículos en algunas vías, comentó.

El presidente de Alampyme destacó la importancia del Encuentro Internacional de Reciclaje Creativo PepenaFest, que se realizará del 15 al 25 de abril en el Zócalo, donde se darán a conocer diversas medidas de reciclaje, reuso y aprovechamiento de los residuos sólidos para reducir el daño al medio ambiente; además de modificar la percepción de la gente que relaciona los residuos con basura y no con materiales útiles que pueden generar ingresos económicos, concluyó.