Madrid, 1 de abril.La Mezquita de Córdoba, también conocida como la Catedral de la ciudad andaluza, fue hoy escenario de un incidente que activó las alarmas sobre un choque entre religiones, la musulmana y la católica. En plena Semana Santa, un grupo de unos 120 turistas austríacos que profesan la religión de Mahoma entraron al templo cordobés –actualmente de uso exclusivo para católicos- y de forma espontánea, según su propio testimonio, se inclinaron sobre el suelo y se pusieron a rezar con dirección a La Meca. Minutos después y previa petición de la diócesis católica unos agentes de seguridad y decenas de policías intentaron evitar este rezo masivo de carácter musulmán, con un saldo de seis turistas austríacos imputados de un delito de desórdenes públicos –dos de ellos detenidos- y dos policías con heridas leves.

La Mezquita de Córdoba es uno de los símbolos de Andalucía y una de las joyas arquitectónicas de Europa. Es un templo que fue proyectado en el siglo VIII para ser la basílica visigoda de San Vicente, pero que con la ocupación árabe de la península Ibérica se transformó tanto en su arquitectura como en su función espiritual. De ser una basílica se convirtió en una de las mezquitas más importantes de todo el mundo musulmán, sólo superada entonces por la emblemática mezquita de La Meca, el máximo lugar sagrado de los musulmanes. En la mayor parte de los siete siglos de ocupación árabe en España, también conocido como el periodo del Al Aldalus, la mezquita sirvió de lugar de rezo tanto para católicos como para musulmanes.

Petición para abrirla a fieles musulmanes

Desde hace varios años, la Junta Islámica española ha pedido en reiteradas ocasiones al obispado de Córdoba que abra la mezquita cordobesa a los fieles musulmanes, en virtud de que son numerosos en la región y que el templo sigue siendo una referencia histórica y sagrada de su creencia. Sin embargo, los representantes musulmanes siempre se han encontrado con una negativa rotunda por parte de la iglesia católica española.

En este contexto, los 116 turistas austríacos que visitaron la Mezquita de Córdoba defienden que su rezo colectivo –algo más de 70 personas que adoptaron la habitual postura de plegaria musulmana- fue espontáneo, que cuando estaban en el templo encontraron un ambiente espiritual que les motivó a la oración. Y que derivó en un enfrentamiento con los agentes de seguridad privada de la iglesia y con los policías que tenían dos encomiendas a petición expresa del obispado de Córdoba: evitar que en su templo se registraran rezos de carácter musulmán y evitar cualquier disturbio al interior del recinto.

Según la versión de la diócesis de la Catedral, los turistas austríacos en realidad actuaron de manera organizada para protagonizar un reprobable episodio de violencia que además coincidió con el paso de las cofradías de Semana Santa. Los representantes de la Iglesia católica añadieron, en un comunicado, que los devotos de Mahoma habrían entrado al recinto por distintas puertas y se coordinaban a través de radios, además denunciaron que uno de ellos llevaba un cuchillo de grandes dimensiones, con lo que afirman que estamos frente a un intento de homicidio.

Esta versión fue matizada posteriormente por el propio subdelegado del gobierno en la provincia, Jesús María Ruiz, quien explicó que hubo un leve enfrentamiento verbal entre dos de los turistas austríacos con los guardias de seguridad y que éstos habrían llamado posteriormente a la policía. Pero que sólo dos de los 116 turistas habrían reaccionado de forma violenta a la negativa de la policía y los sacerdotes católicos a que utilizaran el templo para rezar a la manera musulmana. El subdelegado del gobierno también informó que a uno de ellos se le incautó un arma blanca, pero que en ningún caso intentó utilizarla, con lo que la versión de la diócesis de un intento de homicidio y de un cuchillo de grandes dimensiones resultó falsa o, al menos, exagerada.

Los dos detenidos permanecen en dependencias policiales y se prevé que este viernes sean puestos en libertad, tras ser imputados de un delito de desórdenes públicos.

La Junta Islámica señaló en un comunicado que las reiteradas peticiones que nuestra organización ha hecho de una forma pacífica y desde el más estricto respeto a la legalidad, en el sentido de que se permitiera el uso compartido ecuménico del templo, de haberse atendido, hubieran evitado incidentes como el que se produjo ayer. Al tiempo que afirmaron que tanto los musulmanes como los encargados de la seguridad del templo deberían evitar llegar a este tipo de situaciones en cualquier sitio y, más aún, en un lugar sagrado.