Para el proceso de reorganización del PRD, sus consejeros nacionales aprobaron una serie de reglamentos en los que queda claro que los dirigentes de las corrientes imponen las reglas a seguir en el partido, al encargarse de proponer resoluciones políticas, enmiendas a los documentos y acuerdos partidarios.

En uno de esos reglamentos se plantea que debe prevalecer la ética en el ejercicio de la política, entre otras razones para establecer un nuevo orden de desarrollo y convivencia entre los afiliados.

La exposición de motivos del reglamento de la Comisión de Vigilancia y Ética precisa que el instituto político no intenta imponer una moral pública, mucho menos sancionar la vida privada de las personas.

Exige de sus afiliados, sobre todo de la dirigencia, representantes populares, funcionarios y servidores públicos, apego a una ética política sustentada en los valores que se encuentran en los documentos básicos del perredismo.

Asimismo, señala que los militantes deberán abstenerse de utilizar su posición para obtener algún beneficio o ventaja personal, adecuando su comportamiento a los principios establecidos en el artículo 6 del presente ordenamiento (de carácter ético). Tampoco podrán ejercer presión, maltrato físico, moral o sicológico contra otros afiliados o personas relacionadas con el partido.

Hay por lo menos 10 reglamentos aprobados. Además del ya citado, están el del departamento de relaciones internacionales y el de transparencia; este último busca establecer los mecanismos necesarios que garanticen a los militantes y personas en general acceso a la información pública en posesión del PRD.

Asimismo, los de las coordinadoras de autoridades locales, de los congresos, de auditoría y fiscalización, a cuya comisión corresponderá la revisión y análisis de los egresos e ingresos del partido en todos sus ámbitos; recepción y análisis de los informes de gestión financiera, así como fiscalización de los recursos entregados y ejercidos a los entes perredistas a escalas nacional, estatal y municipales, entre otras tareas.

Además, el reglamento de afiliación, del Instituto Nacional de Investigación, Formación Política y Capacitación en Políticas Públicas y Gobierno, de comités de base y de las corrientes de opinión.

En este último se define a esas corrientes como agrupaciones integradas por afiliados del PRD, cuya finalidad es contar con un planteamiento ideológico propio, que no contravenga la declaración de principios, el programa, la línea política, los estatutos y demás ordenamientos del partido.

Podrán postular a sus afiliados para elecciones internas o cargos de representación popular, y sus respectivas coordinaciones nacionales responderán a la comisión de auditoría del Consejo Nacional por el origen y destino de su financiamiento.

Asimismo, bimestralmente deberán publicar una revista donde planteen sus propuestas y posiciones en torno a la vida política nacional y partidaria, cuando menos en la página de Internet del PRD; renovar su registro cada tres años y rendir un informe trimestral a la Secretaría de Finanzas.