Toluca, Méx., 31 marzo. Nueve días después de que sus padres denunciaron su desaparición, la niña Paulette Gebara Farah, de cuatro años de edad, fue hallada muerta en el departamento donde vivía con su madre, Lisette Farah, quien de víctima y testigo de la desaparición pasó a ser indiciada por homicidio, informó Alberto Bazbaz Sacal, titular de la Procuraduría General de Justicia del estado de México (PGJEM).

El cuerpo fue localizado cerca de la medianoche del martes por agentes ministeriales de la PGJEM, quienes por quinta ocasión visitaban el departamento ubicado en el conjunto habitacional Porto Vita, en el número 11 de la calle Hacienda del Ciervo, en Interlomas, una de las zonas más exclusivas del municipio de Huixquilucan.

Paulette estaba en su habitación, en una rendija entre el colchón donde dormía y un mueble que forma parte de su cama. Días antes, en esa recámara, Lisette Farah dio entrevistas a medios de comunicación, incluso sentada en el lecho bajo el cual fue encontrada su hija.

La niña no había sido localizada en el departamento porque confiamos en las declaraciones de quien denunció la desaparición, dijo hoy el procurador Bazbaz Sacal, quien reconoció que él estuvo en el cuarto de Paulette el viernes pasado sin detectar nada extraño.

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En la dirección de servicios periciales de la PGJEM se descubrió que Paulette fue asesinada por asfixia mecánica por obstrucción de fosas nasales y compresión toracicoabdominal.

Sin embargo, la procuraduría estatal aún no determina cuándo falleció Paulette –cuyos padres la reportaron como desaparecida la mañana del lunes 22 de marzo–, ni quién o quiénes son los presuntos asesinos. Tampoco se sabe si la muerte ocurrió donde fue hallado el cadáver. Eso lo dirá la prueba de mecánica de hechos, que estará lista en las próximas horas, dijo el procurador.

Lisette Farah es la principal sospechosa, ya que ha caído en contradicciones e incurrido en falsedad de declaraciones, además de que presenta un trastorno de personalidad que se advirtió durante los interrogatorios ante el Ministerio Público y las entrevistas que concedió la semana pasada a los medios de comunicación, pues se mostró tranquila, fría y distante, dijo el procurador.

En los días posteriores a la desaparición, Lisette Farah habló con reporteros de medios locales, nacionales e internacionales para pedir apoyo a fin de hallar a su hija. Incluso dijo que quienes la tuvieran podían dejarla en algún centro comercial para que alguien la reconociera y llamara a sus padres.

En las entrevistas declaró que no entendía cómo pudo desaparecer la niña sin que alguien se diera cuenta, pues la víctima padecía discapacidad motriz y de lenguaje. Ni modo que se la hubiera llevado Harry Potter, dijo en una ocasión.

Según Lisette Farah, la noche del 21 de marzo Mauricio Gebara, padre de la niña, de quien está separada, fue a dejar a ésta al departamento luego de pasar el fin de semana con ella en Valle de Bravo. La madre refirió que la dejó en su cama y a la mañana siguiente ya había desaparecido.

Desde esa fecha el caso cobró notoriedad, pues la familia pagó más de 20 anuncios espectaculares en las principales avenidas del Distrito Federal y su zona metropolitana, y casi un centenar de mantas en puentes peatonales, en busca de apoyo para dar con el paradero de Paulette.

También recurrieron a redes sociales de Internet, entre ellas Facebook y Twitter, por lo que en menos de una semana el asunto se conocía en todo el país.

El sábado por la mañana, Lisette Farah dejó entrar a reporteros al departamento donde vivía con Paulette y su otra hija. Existen imágenes de televisión, que ahora se difunden por Internet, donde la mamá habla de la desaparición de la hija sentada en la cama donde se halló el cadáver.

Ese sábado fue el último día que se permitió a la familia de Paulette permanecer en el departamento. El lunes pasado la PGJEM solicitó arraigar a los padres, Mauricio Gebara y Lisette Farah, y a las nanas, las hermanas Ericka y Martha Casimiro, con el argumento de que existían inconsistencias y contradicciones en sus declaraciones ante el Ministerio Público. Incluso han incurrido en falsedad, señaló Bazbaz.

El juez tercero penal de Tlalnepantla con sede en el penal de Barrientos concedió un arraigo de 30 días, plazo durante el cual el Ministerio Público debía aclarar las inconsistencias de las declaraciones de las cuatro personas que tuvieron contacto con la menor antes de que desapareciera.

Los padres y las nanas de Paulette fueron trasladados al centro de arraigos de la procuraduría, en Toluca. Cada uno fue ubicado en una habitación para interrogarlos por separado e impedir que pudieran ponerse de acuerdo, informó la dependencia.

Tanto Mauricio Gebara, el padre de Paulette, como las nanas Ericka y Martha Casimiro continuarán bajo arraigo, al igual que Lisette Farah, sólo que ésta en calidad de indiciada.

Jesús Casimiro, padre de las dos niñeras, acudió la tarde de hoy el centro de arraigo para visitar a sus hijas y ahí comentó que ellas le han confiado que sospechan de la mamá.

Durante la conferencia de prensa ofrecida hoy por el procurador se mostraron imágenes de Lisette Farah hablando con la hermana de Paulette, una niña de siete años de edad, a quien le recomienda no hablar del tema en absoluto porque si no van a decir que nosotros nos la robamos.

El Ministerio Público tenía la certeza de que la menor no pudo haber salido del departamento ni del edificio donde vivía sin ser detectada, toda vez que existen cámaras de vigilancia de circuito cerrado que no mostraron entradas o salidas de personas extrañas, dijo el funcionario estatal.

El departamento fue cateado la semana pasada, incluso con ayuda de perros, pero la posibilidad de que Paulette hubiera salido eran remota, por lo que decidimos volver al departamento (la noche de este martes), donde se ubicó a la menor en una rendija entre el colchón de su cama y una estructura de madera del mismo mueble, cubierta con unas cobijas, dijo el procurador.

Elementos de la Agencia de Seguridad Estatal resguardan el domicilio de Lisette Farah, el garden house del conjunto habitacional del edificio de Porto Vitta.

Con información de Silvia Chávez, corresponsal