La banda colombiana Bomba Estéreo y la mexicana Nortec cerraron ayer el Fmx
Lunes 29 de marzo de 2010, p. a15
El Festival de México (Fmx), el mayor encuentro de las artes en el Distrito Federal, culminó este domingo por la tarde frente al Monumento a la Revolución, con un multitudinario concierto a ritmo de electrocumbia y electronorteño, con la banda colombiana Bomba Estéreo y la mexicana Nortec: Tijuana Sound Machine.
Mantenlo prendido, fuego, no lo dejes apagar
, cantó Liliana Saumet al interpretar la pieza más conocida de Bomba Estéreo, Fuego, que en estos días ha sonado en algunas estaciones de radio en esta ciudad.
Durante esta pieza estuvieron acompañados por Rocco, vocalista de Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio, y Pato, guitarrista del grupo. ¡México! ¡Colombia! ¡Viva América Latina unida!
, exclamó Rocco, al despedirse de los más de 25 mil personas reunidas sobre Avenida de la República para festejar y bailar, brincando con los brazos en alto.
Durante su presentación, la joven vocalista Liliana Saumet bailaba por el escenario, prendida y alegre, invitando a los presentes a bailar. Quizá por falta de espacio, lo que había sobre todo eran cabezas que se meneaban al son de la electrocumbia y la champeta.
Me encanta saber que en México la cumbia se escucha, se baila y se siente como en Colombia
, dijo Saumet.
El viento refrescó la noche de primavera, con luna llena. La fiesta culminó con el colectivo Nortec: Tijuana Sound Machine (Bostich y Fussible). El electronorteño y tambora, con trompeta, tuba y acordeón, puso a brincar tanto a los presentes, brazos al aire, que el suelo se movía. Welcome to the wasteland
, cantaban.
Al cierre de la edición, miles seguían bailando, subidos hasta en los postes, con sonrisas.
La fiesta se hizo con el apoyo del Gobierno del Distrito Federal y la delegación Cuauhtémoc.
Así culminó la edición 26 del Fmx (www.festival.org.mx), que del 11 al 28 de marzo, en medio de la crisis económica y tanta violencia, ofreció lo opuesto: una celebración de la vida, de la alegría y también del dolor, mediante la música, la danza, el teatro, el cine, la ópera y las artes visuales. Convocó a lo mejor que hay en los seres humanos.
Además de las presentaciones, hubo conferencias y talleres. Destacó, entre otros, la presencia del gran artista Savion Glover, ganador del premio Tony (como el Óscar en teatro) en 1996, quien revolucionó el baile del tap; Boredoms, banda japonesa de rock experimental; la orquesta colombiana La 33, y la puesta en escena de Hey Girl!, de la Societas Rafaello Sanzio.