Sociedad y Justicia
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Dosifican la verdad y no reconocen, con nombre y apellido, a todos los afectados

Tardío e insuficiente, el mensaje de los legionarios, califican víctimas

Hay responsabilidad pendiente por parte de los directivos; imposible que no supieran

 
Periódico La Jornada
Sábado 27 de marzo de 2010, p. 29

El reconocimiento tardío de la Legión de Cristo de la paternidad y los abusos sexuales cometidos por su fundador, Marcial Maciel, no sólo es insuficiente, sino que también deja entrever que no hay en la institución un verdadero arrepentimiento ni intención de cambio.

Asimismo, tampoco muestra interés en reparar el daño ni en reconocer a las víctimas con nombre y apellido –como se hizo cuando se les denostó–, ni mucho menos en tomar medidas concretas para erradicar estas situaciones y encubrimientos, consideraron por separado el Observatorio Eclesial, Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) y José Barba, vocero del grupo de víctimas que sacó a la luz los actos del sacerdote.

En entrevista, Barba aseguró que los legionarios son expertos en la gramática del engaño sutil por lo cual sus escritos deben interpretarse en ese contexto. Todas sus palabras están calculadas, usan la retórica legionaria, la dosificación de la verdad: es mucho más lo que se calla que lo que se dice, por eso parece un escrito contundente que muestra un giro total, pero no es así; con esto quieren ganarle la carrera a los visitadores apostólicos (los obispos que realizaron la auditoría), intentan minimizar el impacto de la visita apostólica.

Consuelo Mejía, directora de CDD y José Guadalupe Sánchez, secretario ejecutivo del Observatorio Eclesial, coincidieron en que con este reconocimiento la Legión se está curando en salud, se está poniendo el curita antes de la herida.

Agregaron que la aceptación llega tarde, además de que no hace mención de las consecuencias sociales y penales de estos actos, no para Maciel, quien falleció en 2008, sino para quienes lo encubrieron o en caso de que existan casos similares.

Los entrevistados señalaron que es prácticamente imposible el que los directivos de la Legión de Cristo no supieran de los actos pederastas de Maciel y de la existencia de sus hijos, por lo cual remarcaron que ahí existe responsabilidad pendiente.

Barba precisó que en la Legión la remuneración del silencio es con cargos; entonces es difícil creer que la gente que está en puestos de gobierno no supiera. Mientras más alto es el rango, hay menos posibilidad de que hayan sido engañados; ahora se presentan como pobrecitos que estaban siendo burlados.

Acotó que a los legionarios no le quedó de otra, para ellos aplica el aforismo latino de Séneca fata volentem ducunt, nolentem trahunt, (los hados conducen al que se somete y arrastran al que se resiste), están obrando así porque no tiene más remedio que hacerlo”.

Mejía precisó que no es creíble el arrepentimiento dada la actitud que tomó la congregación en 1997, cuando se destaparon los abusos sexuales a menores seminaristas; quisiera darles el beneficio de la duda, expuso.

José Sánchez remarcó que ante la situación, no sólo la Legión, sino toda la Iglesia católica debe tomar medidas para terminar con la pederastia clerical porque no hay duda de que este es un problema estructural y que debe castigarse clerical y penalmente.