Sociedad y Justicia
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Vive la Iglesia católica una revolución copernicana: Marco Politi

Benedicto XVI rompe política del silencio sobre la pederastia
 
Periódico La Jornada
Viernes 19 de marzo de 2010, p. 42

Ciudad del Vaticano, 18 de marzo. La Carta Pastoral de Benedicto XVI a los irlandeses, que el Vaticano divulgará el sábado, constituye el primer escrito de un Papa sobre la pederastia y confirma la voluntad de la Iglesia católica de quebrar el muro de silencio, sostienen varios vaticanistas.

La llamada política del silencio, aplicada durante décadas por el Vaticano, fue acatada inclusive por el cardenal Joseph Ratzinger, actual Benedicto XVI, según las denuncias de la prensa alemana que lo acusan de haber alojado en 1980 en su diócesis de Munich a un sacerdote con antecedentes de abusos sexuales a menores para ser sometido a terapia.

El religioso fue trasladado luego a una parroquia sin que Ratzinger, la mayor autoridad local, fuera informado y volvió a transgredir.

El caso ilustra la actitud de la jerarquía católica hasta que estallaron en el año 2000 numerosos y graves escándalos de pederastia en Estados Unidos.

Entonces, la mayor autoridad de la Iglesia católica condenó públicamente ese crimen infame e invitó a informar siempre de estos casos a la Santa Sede.

En 2001, Juan Pablo II publicó un documento especial, un motu proprio, sobre lo que calificó de crímenes graves, iniciando así la ruptura con el pasado.

El documento papal había sido elaborado por el entonces cardenal y teólogo alemán Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y severo guardián de sus principios.

En los pasados 15 años se ha vivido una verdadera revolución copernicana en la Iglesia, ya que durante siglos se ocultaron las denuncias debido a que el principal objetivo era defender el prestigio de la institución, explicó el vaticanista Marco Politi.

Para Politi, la carta a los irlandeses constituye el más reciente paso del recorrido iniciado a finales del siglo XX tras los escándalos en Estados Unidos.

Benedicto XVI arremetió contra el fenómeno desde el inicio de su pontificado, en 2005, cuando ordenó al padre mexicano Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo, que dejara de oficiar en público tras ser blanco de múltiples acusaciones por abuso sexual de menores seminaristas, recuerda John Allen, experto estadunidense en asuntos del Vaticano.