Kabul, 13 de marzo. Al menos 35 muertos y 45 heridos dejaron cuatro atentados suicidas cometidos por insurgentes talibanes en la sureña ciudad afgana de Kandahar, mientras en la vecina Pakistán, 14 personas perdieron la vida y 65 resultaron lesionadas en un ataque suicida en el convulso Valle del Swat, un día después de que dos atentados dejaran 48 muertos en la oriental ciudad de Lahore.

El ataque, cuyo objetivo principal era la prisión de Kandahar, fue reivindicado por la resistencia talibán, que advirtió que esto fue un aviso a los comandantes de las fuerzas extranjeras que preparan ya una gran ofensiva en esa provincia (la segunda este año, después de la operación en la provincia vecina de Helmand), donde los insurgentes cuentan con una presencia significativa.

Al parecer los rebeldes pretendían repetir la operación que en 2008 permitió liberar a unos mil internos de la prisión, 400 de ellos combatientes talibanes.

En Pakistán, unos 14 muertos y 65 heridos dejó un ataque suicida en el Valle del Swat, en el noroeste, el sexto en la semana.

El Movimiento Talibán de Pakistán se adjudicó la responsabilidad, y de los dos de la víspera en la ciudad de Lahore, que provocó 48 muertos y 95 heridos.

Las acciones fueron realizadas para vengar el apoyo del gobierno paquistaní a Estados Unidos en la guerra que desde 2001 emprendió en Afganistán, secuelas que se han extendido hacia este país vecino.

En 2009, los talibanes lanzaron una ola de ataques en venganza por una ofensiva militar en el distrito tribal de Waziristán del Sur, cerca de la frontera afgana, matando a más de 600 personas.