Son madres que han visto cómo se han truncado los sueños de sus hijos. Mujeres que tras el asesinato, desaparición o detención de sus vástagos alzan la voz para exigir justicia y castigo a los responsables.

Ayer, contaron su drama ante un atestado auditorio Ho Chi Minh de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Frente a los asistentes expusieron sus historias, cómo un desconocido o un integrantes de la fuerzas del orden se llevó de una u otra manera a sus hijos.

Madres de las víctimas de la violencia en Ciudad Juárez, Chihuahua; del incendio en la guardería ABC, de Hermosillo, Sonora, y del ataque militar colombiano contra un campamento que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia mantenían en Ecuador –en el que murieron cuatro estudiantes mexicanos– alzaron una vez más su voz para demandar justicia.

Con gritos de: ¡No están solas, no están solas. Ni una más, ni uno más. ¿Por qué los asesinan, si son la esperanza de América Latina? Vivas las llevaron, vivas las queremos. Alto a la impunidad, ni un asesinato más!, el auditorio mostró su apoyo a esas mujeres valientes.

Víctimas de abusos y negligencias, coincidieron en varios puntos: impunidad en los crímenes de sus familiares, desprecio de las autoridades e incertidumbre sobre los responsables.

Rosario Ibarra de Piedra, senadora e integrante del Comité Eureka –quien hace 35 años también perdió a su hijo, víctima de desaparición forzada–, dio la bienvenida a este espacio a las mujeres. Recordó que ella misma sabe lo que están sufriendo: la ausencia de un hijo es terrible. Compañeras, todas madres, igual que nosotras, estamos con ellas, compartimos su dolor como si fuera nuestro.

Advirtió a las autoridades que la sociedad organizada pugnará por la justicia, por el que desaparezca, sea quien sea, y al que asesinen, sea quien sea, vamos a reclamar por su muerte o presentación.

Durante el acto, las madres de los niños que perecieron en el incendio de la guardería ABC señalaron que Felipe Calderón, al ocupar el puesto de presidente tiene la responsabilidad de asegurar la seguridad nacional, pero hasta ahora se sigue escondiendo en la persona de su esposa (Margarita Zavala) y no ha tenido el valor de enfrentarnos. Valiente presidente tenemos los mexicanos, pero sobre todo lo acusamos por su complicidad con los dueños de la guardería y no dejar que sean tocados por la justicia.

En tanto, madres de mujeres víctimas de feminicidio, de desaparecidos por militares y de los jóvenes masacrados durante una fiesta en Villas de Salvárcar, en Ciudad Juárez, Chihuahua, repudiaron la presencia del Ejército en esa urbe fronteriza, pues a raíz de la llegada de las fuerzas armadas a esa localidad la violencia se ha incrementado.

En Chihuahua queremos, exigimos que no sigan asesinando a nuestros hijos e hijas. Las madres tenemos un corazón mutilado y les pido (a los estudiantes de la UNAM) que no nos abandonen; hay que tener fuerza para seguir en esta lucha. En Juárez vivimos a medias, por ello importante una palabra de aliento, de corazón.

Las madres de los jóvenes universitarios caídos en la provincia ecuatoriana de Sucumbíos, debido al bombardeo del ejército de Colombia, señalaron a Calderón como cómplice de la muerte de sus hijos y criticaron que después de dos años de los hechos el gobierno mexicano siga sin exigir justicia para ellos.

Los asistentes al foro, sobre todo las madres de los jóvenes y niños asesinados, lamentaron que por años el gobierno mexicano no haya sido capaz y carezca de voluntad para resolver estos crímenes. Subrayaron que con la llegada de Calderón al poder menos aún se ve un intento por ayudarnos, por darnos respuesta.