El secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, calificó de triste y lamentable el debate del miércoles pasado en la Cámara de Diputados, cuando legisladores de PRI y PAN discutieron más de cinco horas acerca del acuerdo contra la alianza electoral en el estado de México.

El documento que sustenta ese pacto fue firmado en Gobernación en octubre de 2009; Gómez Mont fungió como testigo de honor. César Nava, dirigente del PAN, afirmó que el acuerdo fue a cambio de que los priístas aprobaran el paquete fiscal 2010, pero los dirigentes del PRI lo niegan.

Ante la polémica provocada por ese acuerdo y los insultos entre legisladores de ambos partidos, Gómez Mont consideró necesario ampliar el rango y los espacios para el debate.

La tecnología nos está dando la pauta y, en ese sentido, nada más buscar que los medios transparenten más la realidad y el debate de lo social, aun cuando de repente ese debate sea tan triste como el de ayer en la Cámara de Diputados ¿no?, planteó durante un diálogo sobre la reforma política.

Al hablar sobre la necesidad de reforzar el sistema de derechos para los ciudadanos, Gómez Mont dijo que la fortaleza de la convivencia se exige cuando nos reconocemos unos a otros como iguales.

Parte de lo lamentable de ayer (en San Lázaro) es que en las descalificaciones dejaron de percibir como iguales a aquellos que descalificaban y hubo descalificaciones inaceptables. Dejaron de ver a los hijos de quienes descalificaban, lo que significa que esos niños se vean afectados por lo que se dice, sin sustento, de sus padres o de sus madres.

Por eso, indicó, debemos recuperar la humanidad para darle carácter a la política. Un sistema de puros derechos es demagogia; un sistema de puros deberes es dictadura; la democracia es un sistema de derechos y deberes, manifestó.

La gente demanda de los políticos, agregó, un discurso serio, responsable y disposición a comprometerse para sacar las cosas adelante y no quedarse atrapados en las mezquindades y en las descalificaciones.

Acerca de las alianzas, reiteró la postura que lo llevó a renunciar a las filas del PAN. Dijo que cuando éstas obedecen a intereses de coyuntura, se trivializa la política. En otro foro, sobre el mismo punto, dijo que la ética política no puede estar por encima de la gobernabilidad.

Manifestó que el decálogo de la reforma política (cuyo eje es la relección de legisladores y alcaldes, la segunda vuelta en la elección presidencial y las candidaturas ciudadanas) fue procesada por el presidente Felipe Calderón.