Sólo la convivencia vecinal, la persistente ante el individualismo y desarticulación social que genera la llamada modernidad, pudo hacer surgir otro proyecto singular en el barrio de Tizapán, en San Ángel: alguien presta por una semana el espacio que ocupa una mueblería en activo, se acondiciona de manera mínima y se monta una exposición y venta con obras de los artistas locales.

Así surgió la muestra Tizapán ecléctico en la tienda Estudio Lofft, ubicada en la calle de Cuauhtémoc casi esquina Guerrero, inaugurada la noche del martes y en la que participarán durante una semana unos 16 artistas con pinturas, esculturas, grabados y fotografías, todas de estilos, formatos y temas diversos.

Rescate de espacios comunes

Los creadores y vecinos participantes son Walther Boelsterly, Gabriel Carrillo, Elizabeth de Jesús Espinoza, Yvonne Domenge, Nicolás Echeverría, Emiliano Gironella, Alejandra López-Yazky, Carmen Parra, Teresa Peyret, Ambra Polidori, Daniela Rocha, Francesca Saldívar, Raymundo Sesma y Emilio Payán.

Respecto de los criterios para esta exposición ecléctica, Wal-ther Boelsterly, uno de los impulsores de esta iniciativa, dijo, en medio del bullicio de una asistencia numerosa, que se trata de ser lúdicos, seguir con el espíritu de barrio para poder mantenernos en esa misma sintonía.

Agregó que no se hizo una curaduría ni una museografía en torno al individuo, sino más bien nos juntamos; cada quien trajo sus piezas y contamos con la enorme amabilidad de Andrés Martínez en esta tienda maravillosa Lofft. Es algo no tan serio ni formal para que la gente pueda disfrutar y podamos empezar a darnos oportunidad de espacios que no son siempre los mismos.

Boelsterly, quien expuso la pintura Toro caído, comentó que es importante invitar a las personas a juntarse y participar. Es un barrio en el que nos cuidamos mucho de que no nos invadan esas construcciones ya globalizadas. Y creo que a partir de esto salió un ejercicio muy simpático.

Recordó que como encargado del Museo de Arte Popular, en el centro de la ciudad, ha trabajado mucho con sus vecinos de Tizapán, por ejemplo con un concurso de papalotes, los cuales de vez en cuando surcan el cielo local en una experiencia ya poco común en la urbe.

La idea, dijo, es que los vecinos asuman los espacios comunes del barrio como propios. Tratamos de rescatar, conservar o retomar los espacios, el sentimiento, la sensación y la atmósfera de los barrios, como los del sur de la ciudad. Son espacios importantes para que se siga manteniendo la condición humana.

Por un corredor cultural

También presente como muchos otros artistas, el pintor Emilio Payán, quien expuso Ciudad con luna y Homenaje a Phill Kelly, comentó que este proyecto de Estudio Lofft también es parte del esfuerzo de los vecinos de Tizapán por generar un corredor cultural, con otros espacios como la galería El Aire y su taller de grabado Tiempo Extra Editores.

Dijo que para atraer a más vecinos de Tizapán es necesario convocarlos, hacer atractivas las exposiciones y generar espacios abiertos a todos los transeúntes, como Estudio Lofft.

Acerca de sus pinturas expuestas, comentó que son parte de su colección particular y de las obras más recientes que ha creado. Se trata, dijo, de paisajes urbanos abigarrados, de una ciudad nocturna que le gusta y que fue creada a partir de óleo, acrílico y collage.