Con goleada de 4-1, Pumas obtuvo su tercer triunfo consecutivo ante unos indefensos Camoteros que a punto estuvieron de recibir una quinta anotación ante el exigente coro de los aficionados auriazules que pedían a gritos ¡cinco, cinco, cinco...!

El conjunto de la UNAM se sobrepuso al gol tempranero del Puebla, que sorprendió a la zaga con un remate de cabeza de Hérculez Gómez, tras recibir un centro por la derecha de Rodrigo Salinas; pero fue el único peligro que logró concretar, porque luego cedió el terreno al anfitrión que se desplazó a placer para comenzar el festín de anotaciones.

La respuesta no tardó y fue Leandro Augusto quien igualó los cartones, justo ayer cuando sumó 300 partidos con los del Pedregal, en una jugada que inició Dante López por la banda izquierda y mandó el esférico a Martín Bravo; el argentino se la entregó al mexicano de origen brasileño, quien cerca de la media luna mandó un potente zurdazo que desvió Luis Miguel Noriega para aniquilar a su portero Alexandro Álvarez.

Feliz por haber contribuido con la causa felina, Leandro Augusto señaló que el triunfo dio más confianza a su equipo, que va por buen camino, pero no podemos relajarnos. Lo que más le satisfizo fue dar una alegría a la afición ante la buena entrada que hubo en el estadio Olímpico Universitario.

Pumas pudo irse al descanso con amplia ventaja, pero López, Bravo y Jehu Chiapas tenían fría la artillería al perder varias oportunidades de gol.

Al segundo tiempo y tras el fugaz paseo de la mascota Miztli frente al palco de honor, los locales se fueron adelante (2-1), cuando Bravo se enfiló por la banda derecha y mandó un centro al joven sensación Pablo Barrera, quien remató con la cabeza; la pelota pegó en el poste derecho y se metió a la guarida camotera.

En un tiro de esquina el defensa Darío Verón desperdició una valiosa oportunidad estando solo frente al portero: Voló el esférico a pesar de la finta que había hecho Leandro y el paraguayo, impotente, se jaló las orejas.

El equipo de la franja realizó ajustes pero el panorama siguió igual. Dante, quien parece asumir el papel de distribuidor en vez de anotador, se encarriló por la derecha y con una diagonal envió la pelota que conectó Bravo, para el 3-1.

La ofensiva auriazul llegó a su punto culminante cuando otra vez el paraguayo sirvió a Bravo, pero el balón pegó en el palo y Chiapas no desaprovechó, para el cuarto gol ante la explosión de júbilo de sus seguidores, que comenzó a corear: ¡cinco, cinco, cinco..!

Sergio Bernal salvó un par de ocasiones su cabaña. Sin embargo, casi al final no pudo evitar el cabezazo de Hérculez Gómez y el balón rebasó la línea de gol, pero el árbitro Eduardo Gasso y sus asistentes no apreciaron.

Con la victoria, la tercera seguida, el cuadro universitario alcanzó 16 puntos para continuar en el subliderato del grupo tres, mientras Puebla se quedó con ocho unidades, en el dos.

Mientras, en Pumas hay tranquilidad y alegría de ser contundentes otra vez, según expresó Bravo, a reserva de la visita que sostendrán el siguiente encuentro contra Chivas, para después pensar en la liguilla.

En conferencia de prensa, el técnico del Puebla, José Luis Sánchez Solá, aceptó que el rival nos pasó por encima, nos bailó y borró de la cancha, y que la fórmula que le dio buenos resultados anteriormente para tener una buena base de jugadores, ahora ya está muy desgastada, y el único culpable soy yo.

Lejos de sus explosivos arranques, un apenado Chelís expresó: “Es obvio que no hay la misma conexión, que mi fórmula (de cuatro años) quizás se agotó, ya es muy difícil sacarle jugo.

Me enorgullezco de ser técnico del Puebla, porque es una oportunidad que muchos otros (entrenadores) con magníficas labores no la tienen y yo sí, estar en la mierda, pero es una oportunidad y hay que salir.

Dijo que durante los 11 años que lleva trabajando con la institución tuvo problemas con la directiva, los cuales ya superó, pero ayer ni mencionó siquiera dejar el cargo al que ha renunciado más de una vez.