En calidad de honor exclusivo de los campeones mundiales de futbol o jefes de estado, el presidente Felipe Calderón alzó el trofeo de 6.175 kilogramos de oro macizo de 18 kilates, que viaja por el planeta resguardado por una empresa refresquera a la que representa, y que en este país, el número 64 en la gira, se detuvo la tarde de ayer en la residencia oficial de Los Pinos.

México, dijo Renata Pereyra, vocera de la FIFA, es el único país entre los 83 considerado en el tour, en el que el trofeo visitó tres ciudades, luego de iniciar en Monterrey, seguir en Guadalajara y cerrar hoy con diversas actividades en esta capital.

En el breve acto realizado en Los Pinos se dieron cita los dirigentes de la Federación Mexicana de Futbol, el seleccionador Javier Aguirre –a quien Calderón felicitó por su trabajo y por el triunfo de la víspera ante Nueva Zelanda– y Gerardo Torrado, en representación del Tri que competirá en Sudáfrica 2010.

En México, el futbol no es sólo un deporte, sino una pasión de los mexicanos, manifestó Pereyra, tanto en la presentación que al mediodía realizó la firma como en la visita a la residencia oficial.

Inevitable pareció la broma del Jefe del Ejecutivo hacia el Vasco, que al levantar el trofeo sonrió al seleccionador con el ademán de quien lo ofrece para llevarlo en ese momento.

Para mí, como buen aficionado, es muy apasionante estar con la Copa del Mundo y recibirla en nombre de los mexicanos, que como usted dijo (Pereyra), es un pueblo muy apasionado del futbol, comentó el mandatario, quien mediante la dirigente envió saludos al titular de la FIFA, Joseph Blatter, quien recientemente visitó México.

Citó que los campeonatos mundiales del balompié “en sus diferentes ediciones han unido a los pueblos más que mucha diplomacia.

Es un momento en el que se unen voluntades, en el que nos podemos mirar los seres humanos de manera distinta, compitiendo unos con otros, pero entendiendo la naturaleza humana, enfatizó Calderón en el breve discurso, que se convirtió en el único, pese a la intención, frenada, que por un momento tuvieron de intervenir tanto Aguirre como Torrado.