Washington, 3 de marzo. Los niños de alrededor de 13 años que tienen evidencias de contaminación por tabaco de segunda mano en la sangre también tienen arterias visiblemente más gruesas, reportaron investigadores finlandeses. Su estudio sugiere que el daño causado comienza en la niñez y provoca problemas apreciables en la adolescencia. Pese a que investigaciones anteriores encontraron que la contaminación pasiva por tabaco puede ser perjudicial para los vasos sanguíneos en adultos, no sabíamos que estos efectos también se veían en niños y adolescentes, dijo la doctora Katarina Kallio, de la Universidad de Turku, en Finlandia, quien lideró el trabajo, publicado en Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes.