Opinión
Ver día anteriorLunes 1º de marzo de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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¿La Fiesta en Paz?

¿Comisión o sumisión?

C

uando un país confunde solemnidad con compromiso, complicidad con consultoría y burocracia con legalidad, ya puede irse formando en la fila de los dependientes, de los subordinados y de los que reciben órdenes de cualquiera, excepto de su ciudadanía.

Esa fue la patética democracia que pudimos construir tras dos siglos del inicio de la guerra de Independencia –¿de qué y de quién?– y cien años de que comenzara la Revolución mexicana, tan temprano traicionada pero tanto tiempo manoseada por el partido tricolor, presto a recuperar el botín que les dio a probar a los cretinos del cambio.

Comisionólogos por tradición pero más por ineptitud –improvisando inclusive comisiones taurinas–, suponemos que otorgar facultades a otros exime a los ciudadanos de vigilar su cumplimiento, y atenidos a la inoperancia de las instituciones claudican en su responsabilidad para pensar y actuar en lo individual y en lo colectivo.

Ridícula ha sido la Comisión Taurina del Distrito Federal ante los jefes de gobierno capitalino recientes, Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles, Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas y Marcelo Ebrard. Para la fiesta brava los políticos de izquierda resultaron iguales o más dañinos que los de derecha o de centro, incapaces todos de justipreciar el valor político, económico, idiosincrásico y cultural de la tradición taurina de la capital y del país.

Asustados con el petate de Televisa prefirieron hacerse de la vista gorda con la autorregulada empresa de la Plaza México, y a lo sumo se atreven a aprobar jueces que para colmo carecen del menor apoyo de la delegación Benito Juárez, por lo que el que no suelta orejas como si estuviera en una plaza de trancas, se va a su casa. Pero que villamelonaje y empresa obliguen a los jueces de plaza a ser manirrotos, sólo refleja los pobres oficios de sucesivas comisiones taurinas como órgano de consulta y apoyo del jefe de Gobierno del Distrito Federal.

Una comisión sometida que ya aceptó como miembros a dos agrupaciones de matadores –¿por qué no a la otra asociación de ganaderos?–, amenaza ahora con proponer para jueces en la Plaza México a Jorge Ramos y Luis Schiaffino, quienes ya han ocupado el cargo y sólo son garantía de incondicionalidad con la empresa. ¿Se sumará el panista en Benito Juárez, Mario Alberto Palacios, a la larga lista de delegados, de todos los partidos, traidores a la legalidad y a las órdenes de la empresa? Pronto se sabrá.