Algo ocurre en Cruz Azul que inquieta a los jugadores. Al finalizar los partidos reciben abucheos de la afición que reclama por la irregularidad en los resultados y ausencia de goles. En ocho fechas sólo han anotado dos y los principales delanteros, los argentinos Emanuel Villa y Cristian Giménez, no han marcado ninguno. El juego de hoy contra Atlas –dice el Chaco– es la última llamada

Es algo que incomoda, reconoce el jugador, quien llegó a La Máquina para reforzar el ataque, pero acepta que no ha encontrado el funcionamiento dentro del equipo.

“Sigo en deuda –admite–, no aparecen los resultados esperados. Y uno sabe cuando se está bien o mal.” Sobre todo porque llegó a un club que perdió la final del campeonato anterior y había grandes expectativas.

Entiende que se espera mucho de él y se le acusa de que le pesan las camisetas de los equipos grandes: “Eso no es cierto”, aunque acepta las críticas y los abucheos.

“A nadie le gusta eso. A veces te bajonea y en otras tienes ganas de sacar lo que tienes adentro.” La presión es fuerte y ser un goleador sin tantos ya le preocupa, pero asegura que la responsabilidad es de todos.

“Esta es una mala racha y espero salir pronto, porque a mitad del torneo no se pueden estar regalando puntos, así que a partir de hoy –dice– en este club se están jugando demasiadas cosas.”

“Hemos hablado entre nosotros y creo que ha servido, pero hay que echar mano de todo para que el equipo salga adelante”, dice el guardameta Yosgart Gutiérrez.