Los cárteles mexicanos han llegado a controlar toda la cadena de abastecimiento de drogas ilícitas, desde el envío desde América del Sur hasta su distribución en Estados Unidos, y están involucrados especialmente en el contrabando (de mercancías), la distribución de cocaína, heroína y en el cultivo y tráfico ilícitos de mariguana, señala el informe 2009 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (Jife), de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En el informe dado a conocer el pasado 10 de febrero en Colombia, refiere que 90 por ciento de las remesas de cocaína detectadas en Estados Unidos llegó a esa nación a través del corredor mexicano y centroamericano, utilizando lanchas rápidas, barcos pesqueros y, cada vez más, embarcaciones semisumergibles autopropulsadas.

El documento indica que la delincuencia organizada ha mantenido y ampliado su control sobre las operaciones del tráfico de drogas en América del Norte, circunstancia que plantea un gran reto a los países de la región, lo que ha obligado a las naciones a intensificar las actividades de cooperación a escala regional para combatir el tráfico de drogas y las formas conexas de delincuencia organizada.

La Jife pone énfasis, como parte de la ayuda multilateral, en la “la Iniciativa Mérida, un programa de cooperación plurianual en materia de seguridad en el que participan Estados Unidos, México y países de América Central. A corto plazo se impartirá capacitación y se suministrará equipo para aumentar las capacidades de los organismos de represión.

“A largo plazo, el objetivo es potenciar, mediante la prestación de asistencia técnica, la capacidad de investigación y enjuiciamiento del sistema judicial. En el marco de la iniciativa, Estados Unidos aumentó considerablemente la financiación que proporciona a México, que pasó de 400 millones de dólares en 2008 a 720 millones en 2009.

“En diciembre de 2008 se firmó una carta de acuerdo entre Estados Unidos y México sobre la ejecución de la primera fase de la Iniciativa Mérida. Los primeros proyectos incluyen el establecimiento de un laboratorio de verificación y análisis de documentos, la financiación de una conferencia bilateral para examinar la cuestión del tráfico de armas y la capacitación de nuevos custodios de instituciones penitenciarias y de investigadores de la policía federal.

El tema de la lucha contra el tráfico de drogas fue uno de los principales puntos examinados en una reunión de los gobiernos de Estados Unidos y México en abril de 2009.

Si embargo, al analizar los resultados de la lucha binacional contra el crimen organizado, el informe de la Jife resalta que “organizaciones de tráfico de drogas establecidas en México han venido expandiendo en Estados Unidos el número de cultivos ilícitos de cannabis en terrenos públicos” de esa nación.

Expone que “de las remesas de cocaína detectadas, aproximadamente 90 por ciento se transportaban a través del corredor mexicano y centroamericano, utilizando principalmente la ruta del Pacífico oriental.

Las remesas de drogas ilícitas se transportan principalmente por mar utilizando lanchas rápidas, embarcaciones pesqueras y, cada vez más, embarcaciones semisumergibles autopropulsadas, y según la información recabada por la Jife, en años recientes ha aumentado el papel de México como país de tránsito de la cocaína destinada a Canadá, ya que las remesas están siendo transportadas por tierra (de México a Estados Unidos y Canadá a través del corredor de carreteras), por mar y por aire.

De igual manera, refiere que la mayor parte de la heroína que se circula en el mercado ilícito de Estados Unidos provenía de Colombia y de México.

De acuerdo con el reporte internacional, las organizaciones mexicanas del narcotráfico que vendían heroína, alquitrán negro y polvo pardo, han expandido la distribución de esas variedades de la droga en los que han sido tradicionalmente mercados de heroína blanca en la parte oriental de Estados Unidos, como resultado, en parte, de la disminución de la fabricación de heroína en Colombia.