Documenta la Conamed múltiples deficiencias en atención que recibió María de Lourdes Walkup
Fallas médicasdejaron en silla de ruedas a paciente del INNN
Sin supervisión de especialistas, pasantes le hicieron una cirugía y aplicaron un método no autorizado
Miércoles 24 de febrero de 2010, p. 42
La Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) encontró múltiples deficiencias en la prestación de servicios en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) Manuel Velasco Suárez.
En particular, las fallas se presentan en la integración de expedientes clínicos, ausencia de supervisión de galenos de base al trabajo que realizan los pasantes y el uso de insumos que, aunque carecen de registro sanitario, han formado parte de la atención ordinaria de pacientes.
A partir de la denuncia hecha por María de Lourdes Walkup Mentado ante el órgano interno de control del INNN, el instituto solicitó el apoyo de la Conamed, que el pasado 13 de enero emitió un dictamen pericial donde documenta las anomalías. La afectada aún no ha sido informada oficialmente de la resolución.
En su dictamen –del que La Jornada tiene copia–, la comisión anticipa que el ejercicio de la medicina es riguroso, pero no exacto, por lo que aunque el paciente espera un resultado positivo en su salud, podrá obtenerlo, pero no exigirlo, aunque sí tiene derecho a que la atención médica sea prestada con pericia y diligencia
.
Como resultado de la atención médica que recibió en 2006, Walkup vive en una silla de ruedas, afectada en las funciones motoras (por falta de fuerza muscular de brazos y piernas), con problemas de lenguaje y memoria.
A finales de 2005 llegó al INNN con dificultad para caminar, pérdida de la audición y de la capacidad de concentración, vértigo, disminución de la fuerza en el lado izquierdo de su cuerpo y disminución de la sensibilidad.
En abril de 2006 le diagnosticaron un tumor de tipo meningioma, en el lado izquierdo de la cabeza, que comprimía el tallo cerebral y el cerebelo.
Falta reporte del estudio inicial en Neurología
Los médicos residentes que la atendieron determinaron realizarle una panangiografía (rayos X) para observar los vasos sanguíneos cerebrales e identificar las vías de alimentación del tumor y, en su caso, cerrarlas. Aquí empezaron los problemas detectados por la Conamed, porque en el expediente no existe ningún reporte del estudio ni de si se efectuó la embolización.
Lo que sí ocurrió fue un deterioro neurológico en la paciente, posterior a la panangiografía, el cual llevó a los médicos a colocarle un sistema de derivación de líquido cefalorraquídeo para controlar la hidrocefalia que supuestamente padecía, aunque a ella le dijeron que era parte del procedimiento rutinario ante tumores cerebrales.
Los médicos residentes utilizaron un sistema de derivación de flujo libre –desarrollado por Julio Sotelo Morales, ex director del INNN–, el cual carece de autorización sanitaria para utilizarlo en seres humanos.
La Conamed señaló que dicho dispositivo sólo podría utilizarse si existiera un protocolo de investigación vigente autorizado, y previo consentimiento –bajo información– suscrito por la paciente, conforme estipula la Ley General de Salud. Nada de esto ocurrió; incluso, en el reporte que el INNN proporcionó a la Conamed aseguró que tal protocolo es inexistente.
Esta es la segunda ocasión en que una autoridad señala tal irregularidad. En la revisión de la Cuenta Pública 2006, la Auditoría Superior de la Federación reportó –marzo de 2008– la misma falta y recomendó al INNN que realizara las gestiones para la obtención del registro sanitario del dispositivo.
Más grave aún es que en la instalación del sistema derivativo en la cabeza de la paciente Walkup sólo participaron médicos residentes, sin evidencia de que hayan sido autorizados por personal idóneo que pudiera ser considerado investigador principal
. Más adelante, el dictamen señala que todo indica que quien supervisó el procedimiento fue un residente de cuarto año de neurocirugía
.
La Conamed también resaltó que la mayoría de las notas médicas (del expediente clínico) están suscritas por residentes de diversos grados académicos, sin evidencia de que la paciente haya sido valorada por personal adscrito a los servicios de neurocirugía y neurotología
, desde su ingreso –el 24 de abril– y hasta la fecha en que egresó del hospital, varios meses después.
Una deficiencia más se detectó en la radiocirugía a que fue sometida Walkup para eliminar lo que quedaba del tumor después de la operación quirúrgica respectiva. Alguna nota médica refiere que se realizó una callosotomía, procedimiento indicado para otro tipo de padecimiento.
La Conamed advirtió que si bien la radiocirugía era necesaria, no existe información sobre la misma en las notas de evolución del expediente clínico, además de que varias de ellas carecen de fecha, hora y firmas del personal que las elaboró. Se utilizaron múltiples abreviaturas e iniciales no permitidas y otras ilegibles, lo cual viola las disposiciones de la norma oficial mexicana en la materia, indicó.