Moscú, 14 de febrero. La Comisión Central Electoral de Ucrania proclamó este domingo a Viktor Yanukovich presidente electo, un día después de que la candidata perdedora y todavía primera ministra, Yulia Timoshenko, rompió por fin su silencio al dirigir un mensaje a la nación, en el cual no reconoció su derrota y ratificó que impugnará en tribunales los resultados.

Aunque Timoshenko prometió que esta vez no habrá protestas masivas en las calles, Ucrania está entrando en el enésimo círculo vicioso que amenaza con paralizar la gobernabilidad en ese país.

Por cuanto el Parlamento –de acuerdo con la reforma política que puso como condición en 2004 el entonces mandatario, Leonid Kuchma, para abandonar el poder– es el único facultado para ratificar al jefe de gobierno, Yanukovich necesita formar una nueva coalición de, como mínimo, 226 del total de 450 diputados para remover a Timoshenko.

A Yanukovich le faltan 54 escaños que tendrían que salir de las bancadas que hasta ahora forman la coalición mayoritaria en la Rada y, si no lo logra pronto, tendría que disolver la Rada y convocar a elecciones legislativas anticipadas.

La misma historia ad infinutum, para mala suerte de los ucranianos.