El aumento constante al precio de la turbosina, que en los últimos cinco años ha subido 79 por ciento, es el principal problema de las aerolíneas, las cuales esperan que 2010 sea de recuperación, tras la fuerte caída reportada el año pasado en movilización de pasajeros, producto de la crisis económica y de los efectos de la emergencia sanitaria por el virus de la influenza A/H1N1.

Esta crisis provocó que en 2009 las aerolíneas nacionales tuvieran una caída de casi 12 por ciento en transportación, según datos de la Dirección de Aeronáutica Civil. Sólo en el aeropuerto del DF fueron cancelados, entre mayo y junio, casi 7 mil vuelos, ante la escasez de pasajeros.

Igual que las aerolíneas extranjeras, las nacionales arrastran desde años una situación difícil, agravada principalmente en los pasados dos por los altos precios del combustible, generado a su vez por la volatilidad del precio del petróleo. Así, en noviembre pasado la turbosina rebasó 8.70 pesos el litro; un año antes se cotizó arriba de 12.50. Se estima que el combustible representa el principal costo fijo de los aviones, pues significa entre 30 y 40 por ciento de precios para que las aeronaves vuelen.