Miami, 5 de febrero. A pesar de la aguda situación económica internacional, el Supertazón 44, que se disputará este domingo entre Santos de Nueva Orleáns y Potros de Indianápolis, logró burlar la crisis al vender todos los anuncios millonarios que se transmiten durante el partido.

La cadena televisiva CBS informó esta semana que había negociado el último espacio publicitario disponible, aunque desde diciembre ya tenía contrato para 90 por ciento de los comerciales, cada uno con valor aproximado entre 2.5 y 2.8 millones de dólares por 30 segundos.

Los patrocinadores saben que la inversión publicitaria está plenamente justificada, ya que el espectáculo paraliza a Estados Unidos con una cifra superior a 90 millones de espectadores y se trasmite a unos 200 países.

Para compañías de comidas ligeras y bebidas, como Doritos, Frito Lay, Coca Cola, las cervezas Budweiser y Dr. Pepper, es una oportunidad inigualable de incrementar las ventas durante los días cercanos al certamen, en especial durante el encuentro.

De acuerdo con la encuestadora Nielsen, en 2008 en las dos semanas que culminaron con el Super Bowl, la venta en el país llegó a 16.8 millones de cajas de cervezas, casi 10 por ciento más que el promedio nacional en los 15 días precedentes.

Algo similar ocurrió con los snacks, como papitas, pizzas, palomitas de maíz, galletas salteadas y tortillas, que sumaron ventas de 166 millones de libras, pues los estadunidenses acostumbran consumir esos productos mientras se encuentran reunidos con familiares y amigos para presenciar el partido.

El Supertazón es el más grande entre los eventos grandes, pues los fanáticos consumen miles de millones de dólares en los hogares, afirmó Nick Lake, vicepresidente de ventas al cliente en el grupo Bebidas con Alcohol.

Sin embargo, este año la gran ausente es PepsiCo, compañía de bebidas que tras 23 ediciones consecutivas decidió retirarse debido a la crisis económica, tal como hicieron en la anterior versión y por idéntico motivo FedEx y General Motors.

Por otro lado, los focos rojos se encendieron en Potros durante el entrenamiento en el que el receptor abierto Reggie Wayne se lesionó una rodilla y está en duda para jugar el domingo, aunque Jim Caldwell, entrenador en jefe, consideró que no es grave.

También dijo que el ala defensiva Dwight Freeney tiene grandes probabilidades de jugar: Está mejorando, pero tenemos que seguir su situación día a día.

El liniero ofensivo Ryan Lilja ha padecido dolor en la espalda y no pudo practicar el jueves, pero Caldwell espera que se recupere uno de los hombres que mejor protegen a Peyton Manning.

El esquinero Jerraud Powers también tiene un problema en el pie izquierdo, pero siente que es capaz de correr sin ningún tipo de inhibiciones, indicó Caldwell.

En tanto, el mariscal de origen mexicano de los Jets, Mark Sanchez, señaló que para la siguiente temporada intentará lanzar más el ovoide, debido a que en la reciente su equipo se distinguió más por correr.

A Sanchez le encantaría jugar en el estadio Azteca ante los Vaqueros de Dallas. Espero que la NFL regrese a México, aunque estoy consciente de que el futbol soccer es el número uno, pero también sé que hay gran afición por el americano.

Al respecto, el comisionado de la NFL, Roger Goodell, mencionó que a la liga le interesa organizar más partidos en México, aunque no dio una fecha exacta. Estamos trabajando con algunos patrocinadores, indicó.

Demandan a Michael Irvin

Una mujer de Florida presentó una demanda por violación sexual contra el ex jugador de Vaqueros, Michael Irvin, informó una televisora.

El abogado de la quejosa, residente en Miami, alega que Irvin la ultrajó hace cuatro años en el Hotel Hard Rock Seminole del condado de Broward.

El incidente ocurrió hace cuatro años, pero desde hace tres meses la mujer buscaba un acuerdo monetario fuera de corte por el que pedía un millón de dólares.

Al no haber un arreglo la mujer presentó la demanda durante la semana del Super Bowl que se juega en Miami, ciudad donde se encuentra Irvin como comentarista.

El abogado del jugador, Larry Friedman, dijo que se negaron a un acuerdo porque las acusaciones son falsas y es un intento de extorsión.