Empresa en Alemania fabrica aerosol no tóxico que protege del polvo y las bacterias
al problema de la limpieza, dicen
El producto, elaborado en el Instituto de Nuevos Materiales, forma una capa hasta 500 veces más fina que un cabello humano, barrera invisible, repelente y resistente a condiciones externas
Viernes 5 de febrero de 2010, p. 2
Parece demasiado bueno para ser verdad: un aerosol no tóxico, invisible al ojo humano, que protege casi cualquier superficie contra el polvo y las bacterias, ya sea equipo hospitalario y vendajes, o antiguos monumentos de piedra y telas caras.
Pero es cierto. Se trata de una especie de cristal líquido, inocuo para los seres vivos y el ambiente. Se le presenta como uno de los productos más importantes surgidos del campo de la nanotecnología, referente a objetos de tamaño molecular.
Se ha revelado en exámenes una asombrosa variedad de usos potenciales para el cristal líquido, desde proteger viñedos contra ataques de hongos hasta recubrir implantes médicos con superficies antibacterianas no pegajosas. También se le ha usado para rociar telas con una película invisible, resistente al polvo.
El secreto del cristal líquido es que forma una película ultradelgada: entre 15 y 30 moléculas de espesor, unas 500 veces más delgada que un cabello humano. A esta nanoescala –unos millonésimos de milímetro– el cristal líquido se convierte en una barrera invisible de alta flexibilidad que repele el agua, el polvo y las bacterias, pero es resistente al calor, a los ácidos y a la radiación ultravioleta sin dejar de ser respirable
.
Una compañía alemana llamada Nanopool, de propiedad familiar, tiene la patente sobre la tecnología del cristal líquido, el cual surgió de investigaciones realizadas en el Instituto de Nuevos Materiales, en Saarbrücken. Nanopool está en pláticas con firmas británicas y con el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido sobre el uso del producto en una amplia gama de aplicaciones, desde recubrir bolsos de diseñador hasta rociar la punta coniforme de los trenes de alta velocidad.
Protección duradera
Un hospital de Southport, Lancashire, Inglaterra, acaba de completar un examen de un año en el que diversas superficies se cubrieron con cristal líquido para probar su resistencia al polvo y el crecimiento de microbios. Se espera que los resultados se publiquen el mes próximo.
Pruebas similares efectuadas por empresas procesadoras de alimentos en Alemania han mostrado que las superficies estériles tratadas con cristal líquido quedan tan limpias y libres de microbios luego de ser lavadas con agua caliente como las superficies no tratadas y lavadas en la forma acostumbrada, con lejía potente, y que el efecto antimicrobiano dura muchos meses.
El cristal líquido está compuesto de dióxido de silicio casi puro, constituyente químico del cuarzo y el sílice, el mineral más abundante en la corteza terrestre. Es bastante inerte y no se le conocen impactos dañinos en el ambiente, a diferencia de muchos productos de limpieza doméstica e industrial.
Las propiedades de fácil limpieza
del cristal líquido podrían conducir a drásticos cortes en la cantidad de agentes limpiadores potencialmente tóxicos empleados en fábricas, oficinas, escuelas, hospitales y en el hogar, así como reducir los costos laborales y la cantidad de tiempo gastada en tallar superficies.
Funciona formando una capa altamente repelente al agua, o hidrofóbica
, que resiste el polvo y las bacterias, de modo que las superficies tratadas pueden limpiarse con rapidez con agua simple, señala Neil McClelland, director del proyecto de Nanopool en Gran Bretaña.
Muchos supermercados británicos se resisten a presentar esta tecnología porque haría innecesarios muchos de los productos de limpieza que venden. Lo mismo ocurre con algunas importantes compañías de limpieza, pues temen que la limpieza se vuelva menos frecuente y se cambie del uso de químicos al de agua simple en muchos casos
, declaró McClelland a The Independent.
Sin embargo, varias organizaciones realizan pruebas de limpieza con el producto, entre ellas una compañía ferroviaria británica que lo usa para proteger el frente de los trenes y el interior de los vagones; una cadena internacional de hoteles de lujo; una prestigiada firmas de telas y vestido, y la filial francesa de una cadena de hamburguesas.
El secreto de las propiedades únicas del cristal reside en la forma en que se le manufactura para ser vendido en una solución de agua o alcohol, según la superficie que ha de recubrirse. Al rociarse, la solución forma una película flexible y ultradelgada que genera potentes fuerzas electrostáticas, las cuales la adhieren al material en cuestión, a la vez que repelen el agua en la superficie expuesta.
En esencia, extraemos moléculas de dióxido de silicio de la arena de cuarzo y añadimos moléculas de agua y etanol, dependiendo de qué superficie se recubrirá. La parte en verdad inteligente es que no hay nanopartículas, resinas o aditivos adicionales: los recubrimientos se forman y enlazan debido a fuerzas cuánticas
, explicó McClelland.
Las bacterias y otros microbios que llegan a la superficie de vidrio no mueren, pero no pueden dividirse y reproducirse con facilidad, añadió. Esto confiere una propiedad antibacteriana natural a la capa de cristal líquido, similar a las superficies de iones de plata que se usan para proteger ciertos equipos de cocina, pero con un efecto más duradero, aseguró.
“Muy pronto casi todos los productos que compremos estarán protegidos con un recubrimiento altamente durable y fácil de limpiar… el concepto de vidrio rociado es en verdad pasmoso”, expresó.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya