Con tres postulaciones, se estrenará en México la próxima semana
me quité capas enteras de mi personalidad: Mariah Carey
Miércoles 3 de febrero de 2010, p. 8
Ha vendido más de 175 millones de álbumes, sencillos y videos en todo el mundo y fue la primera artista en llevar sus cinco primeros sencillos al primer lugar en la lista de Billboard en Estados Unidos. Posee el récord del mayor número de sencillos en primer lugar para un solista en ese país. De hecho, sólo los Beatles tienen más números unos en Estados Unidos que los 18 logrados por Mariah Carey.
Sin embargo, lo que da realce en estos días a la cantante no es la música, sino el cine. Mientras su álbum número 12, Memoirs of an Imperfect Angel, fue considerado un fracaso tras vender 168 mil copias en su primera semana en Estados Unidos y debutar sólo
en el tercer puesto de la lista de Billboard, la artista ha cosechado críticas entusiastas por ir contra su imagen glamorosa y aparecer sin maquillaje como una trabajadora social en Precious, que se estrenará en México la próxima semana.
En entrevista con The Independent, Carey reconoce no ser una ávida lectora. Un amigo le regaló la novela de Sapphire en la que se basa la película, diciéndole: Todas las mujeres de color deben leer este libro
. Carey lo leyó, pero acabó en desacuerdo con su amigo. Para mí, todos deben leer este libro, sean quienes sean. Todos debemos leerlo porque tiene una intensidad que lo deja a uno atónito. A mí me cambió la vida.
Sueños que rompen con la realidad
Precious es una chica de 16 años cuyo padre abusa sexualmente de ella mientras la madre se hace de la vista gorda. La joven negra, excedida de peso, sueña con ser descubierta como superestrella y así escapar de la pobreza y la degradación. Estos sueños aparecen en divertidas secuencias que rompen con la dura realidad de su vida cotidiana y evitan que el filme degenere en un deprimente melodrama.
La lectura trajo a la mente de Carey algunas malas experiencias propias. “La primera relación que tuve fue de mucho abuso emocional, sin que entonces me diera cuenta –relata–. Quedó atrás, pero eso me ayudó a llegar a un lugar donde pudiera crecer y usar ese material en mi trabajo.”
Participó en la cinta por su amistad con el director Daniels, mejor conocido por producir la cinta Monster’s Ball, ganadora del Óscar, y dirigir a Helen Mirren como una asesina en Shadowboxer. Carey se emocionó tanto al saber que Daniels adaptaría el libro, que comenzó a bombardearlo con preguntas. “‘¿Quién va a hacer el papel principal?’, le decía. Me preguntaba cómo encontraría a alguien capaz de hacerlo. Cuando ya tenía completo el reparto, me pidió participar.”
Daniels decidió inventar un nuevo personaje, una trabajadora social llamada Miss White, para que su amiga lo repesentara. Mundana y ordinaria, va totalmente en contra de la imagen pública de Carey. “Lo que necesité fue quitarme capas enteras de mi personalidad –confiesa ella–: como celebridad, como artista, hasta convertirme en la persona que se encarga de revelar al público lo que ocurre. Cuando se entera del abuso, queda consternada, como todos, y yo tuve que asumir esa gran responsabilidad.”
No fue fácil para ella. Como amigo suyo, Daniels tenía el privilegio de ver en casa a la diva, nacida en Long Island, en fachas y sin maquillaje. Quería mostrar ese lado; incluso la hizo ver peor al profundizar las bolsas de los ojos.
Cambio crucial
“Me parece que fue crucial ese cambio –dice Mariah–. Fue duro porque hacer videos musicales es muy distinto, con los trajes, los ángulos, la iluminación y demás. En Precious nos sentamos en un consultorio fluorescente de dentista y fue la escena peor iluminada de la película. El exceso de luz realza la zona oscura bajo los ojos. Un día Lee me pescó tratando de ponerme rubor y me preguntó qué hacía. ‘Precious se pone rubor’, le dije, pero no me dejó. Ahora, cuando me visto normalmente en casa y paso junto a un espejo, me digo: ‘He tenido peor aspecto’.”
Desde 1988, cuando conoció a Tommy Motola, ejecutivo de Columbia, en una fiesta y lo convenció de escuchar un demo, su imagen ha sido cuidadosamente cultivada. En 1993 se casó con Mottola; para entonces el éxito de sus primeros dos álbumes le había dado categoría de superestrella en su país. Ese mismo año, el lanzamiento del álbum Music Box le dio fama internacional.
Para 1997 se había separado de Mottola y la prensa comenzaba a enfocarse más en sus problemas que en sus éxitos.
La música, un consuelo
La madre de Carey es una cantante de ópera, irlandesa-estadunidense, y su padre un ingeniero aeronáutico afrovenezolano. Se divorciaron cuando ella tenía tres años y tuvo poco contacto con su padre, mientras su madre hacía diversos trabajos. Sus racistas vecinos envenenaron al perro de la familia y prendieron fuego a su vehículo. Como su madre le enseñó a cantar desde que era pequeña, ella se volvió a la música en busca de consuelo.
“La música fue mi escape –recuerda–, y al pasar el tiempo hubo amigos que me ayudaron a darme cuenta de que podía escapar de las difíciles relaciones personales en las que estaba metida.”
Al crecer su éxito, la criticaron por ser una diva. Aparecía en periódicos amarillistas que daban cuenta de una serie de relaciones fallidas y excesos. Las ventas de sus discos bajaron; su conducta se volvió más errática y en julio de 2001 se anunció que haría una pausa en sus presentaciones en público por un aparente colapso físico y emocional. Cambió varias veces de disquera.
Cuando parecía que no volvería a las alturas, su octavo álbum, The Emancipation of Mimi, se volvió el de mayor venta en 2005 en Estados Unidos. La canción We Belong Together fue número uno durante 14 semanas.
En 2008 se casó con el actor y rapero Nick Cannon, quien pronto se vio enredado en la loca vida de su esposa. Eminem, en su canción Bagpipes from Baghdad, se mofa de la relación de Cannon con la cantante. Hace poco, ella apareció borracha al recibir un premio por Precious en Palm Springs. Uno se pregunta cuánto tiempo logrará Mariah Carey evitar el torbellino que la ronda en todo momento.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya