El estado de Zacatecas cuenta con un nuevo festival. Se trata de Surco, Jornadas Nacionales Huízar de Música Mexicana de Concierto, que comenzó el pasado 31 de enero y concluirá el domingo 7 de febrero en Jerez, ciudad natal del compositor Candelario Huízar (1883-1970), a quien se honra, a la vez que se retoma el título de uno de sus poemas sinfónicos: Surco.

Las actividades incluyen, entre otras, conciertos de la Orquesta Filarmónica de Zacatecas, el Cuarteto Latinoamericano, Lumínico, La Fontegara y la Sinfónica Lorenzo Ramírez Arellano; recitales de la pianista Guadalupe Parrondo, de canto, con Gabriela Herrera y Sergio Vázquez, así como de la Capilla Barroca de Zacatecas. Además de conferencias, la mayoría de las cuales se desarrollan en el recién restaurado Teatro Hinojosa, con apoyo del ayuntamiento local.

Medalla con el nombre del autor

Desde hace seis años se entrega el premio Medalla al Mérito Musical Candelario Huízar, que ahora será integrado a las jornadas. Sergio Cárdenas, autor y director artístico del proyecto, anunció que gracias a la colaboración de la Sociedad de Autores y Compositores de México, muy pronto esperamos lanzar la convocatoria para el Premio Nacional Candelario Huízar de Composición Musical, para seguir la línea del homenajeado de impulsar la música mexicana.

Asimismo se lanzará la convocatoria del premio nacional de ejecución de música mexicana de concierto Candelario Huízar, con el auspicio de la Coordinación Nacional de Música y Opera del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Para Cárdenas el compositor es el mejor sinfonista que ha producido el país, porque la forma musical de la sinfonía es el reto mayor que puede tener cualquier compositor, comparable con la composición de una ópera.

Huizar (en silla de ruedas) y Blas Galindo, en imagen tomada del libro Blas Galindo: biografía, antología de textos y catálogo, de Xochiquetzal Ruiz

Huízar compuso cinco sinfonías –cuatro han sido grabadas– de una producción total de 373 partituras, de las que 116 han sido estrenadas y algunas tocadas una sola vez.

Hizo alrededor de 253 arreglos corales de música vernácula, además de piezas de todos los géneros como cuartetos y tríos, acotó Micaela Huízar, hija del compositor, ex investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Música (Cenidim) del INBA, que toda su vida ha promovido la obra de su padre y sufrido el rechazo a la misma, debido a la enorme exigencia técnica para su ejecución.

Por lo pronto el Cenidim, con el Instituto de Cultura de Zacatecas, iniciará la edición de la obra sinfónica del maestro que está en manuscrito, lo que constituye una de las muchas trabas para su difusión, anotó Cárdenas.

El director de orquesta recordó la primera vez que escuchó el nombre del jerezano en la primavera de 1980: “Era entonces el director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), y esa noche Eduardo Mata dirigía un concierto dedicado íntegramente a la producción de Carlos Chávez. Estaba a punto de iniciar el concierto cuando alguien empezó a gritar, ‘basta de Chávez, queremos oír a Huízar’.

“Estaba asustadísimo –prosigue Cárdenas–, sobre todo porque me daba mucha pena, y es que como director de la OSN no tenía ni la más remota idea de que había alguien llamado así, que algo había escrito y que había personas pidiendo que se tocara su música.

Comencé una investigación que me puso en contacto con su viuda, doña Consuelo, y su hija Micaela. Empezó para mí un camino de descubrimiento y de asombro ante una producción musical que todavía hoy es prácticamente desconocida en México.