Se necesitan el uno al otro para crear, pero tenemos estilo propio
Lunes 25 de enero de 2010, p. 9
José Luis Cuevas confiesa no poder trabajar sin la presencia de su esposa, la pintora Beatriz del Carmen, quien, asegura, necesita también de la suya para elaborar sus obras.
Mundos concéntricos, exposición abierta en el Museo José Luis Cuevas (Academia 13, Centro Histórico), reúne 90 piezas, entre pintura, cartas y escultura, del otrora enfant terrible y 34 de su pareja.
Beatriz del Carmen apunta que ninguno tiene influencia del otro: ambos tenemos estilo propio
, lo cual se observa claramente en la muestra. “Siempre he sido colorista –acota–. Siempre he sentido que soy surrealista, admiro mucho a Leonora Carrington y a Remedios Varo”. Para Cuevas, más que surrealista es simbolista.
No se trata de una relación tipo Pigmalión, como la obra de teatro de Bernard Shaw, donde una mujer corriente es convertida en dama
, porque cuando la conocí ya era pintora
.
Es una relación que hemos ido inventando
, de allí la escultura grande Los siameses, que está en la entrada del museo, pero en la actualidad forma parte de la exposición El mundo reciente de José Luis Cuevas, también de cartas, pintura y escultura, que el viernes 22 fue inaugurada en el Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán.
A veces, pues, hasta comparten el mismo sueño: “Despertamos y pregunto: ‘¿qué soñaste?’, y resulta que fue lo mismo que yo. Si ella se cae, caigo después”, continúa el artista en referencia a la caída que tuvo Beatriz del Carmen al llegar al museo el pasado lunes.
–¿Se les ha criticado por esa forma de trabajar juntos?
–No, al contrario –contestan al unísono.
Cuando vino el artista italiano Valerio Adami con su esposa Camila, estaba muy contento, porque tienen una relación, de cierta manera, igual.
Si ella se cae, caigo después, reconoció el artista plásticoFoto Carlos Ramos Mamahua
Caso Kahlo-Rivera
Cuevas platica que una vez, al pasar por la casa de la pareja en Montmartre, se le ocurrió irlos a saludar: “Adami estaba sentado en una silla, concentrado en lo que hacía su esposa. Al lado del cuadro había un dibujo pequeño de su autoría y la mujer era la que hacía el trabajo. Es como en el caso de Frida Kahlo: la mayoría de sus obras más importantes las hizo Diego Rivera. Por ejemplo, Las dos Fridas, es imposible que lo haya hecho Frida. Dada su situación de enferma no pudo haber hecho un cuadro de esas dimensiones, además se siente la mano de Rivera.
Una vez lo dije en una entrevista en televisión y llegaron un montón de llamadas que me atacaban muchísimo. Después, una de las hijas, que es muy amiga nuestra, Lupe Rivera, lo dijo en un periódico: en esa obra intervino y se sentía la mano de Diego Rivera.
En Mundos concéntricos, Cuevas muestra dos relieves en bronce, que constituyen una nueva técnica en su producción. También se incluyen más cartas
del artista dirigidas a Beatriz del Carmen. El año pasado, con motivo del 17 aniversario del museo, se montó Mi amada esposa Beatriz del Carmen, una carta más, con 160 misivas dibujadas, pero que en la actualidad suman 190. Además, su tamaño ha ido creciendo hasta alcanzar cuadros de gran formato.
Beatriz del Carmen señala que dicha muestra resultó sumamente atractiva para el público, ya que atrajo alrededor de 6 mil visitantes al mes. Además, la Universidad Veracruzana sigue adelante con su proyecto de editar un libro que reúne la totalidad de la serie de cartas dibujadas que cada día aumenta.