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Disquisiciones museísticas
 
Periódico La Jornada
Sábado 16 de enero de 2010, p. 5

La razón de ser de los museos en relación a la sociedad, sus diferentes perfiles, el manejo de sus colecciones, su labor de divulgación, educación y hasta entretenimiento, la cuestión de los públicos y las posibilidades diversas para el conocimiento de su impacto en ellos, fueron parte de los muchos temas abordados durante la presentación de Beyond the turnstile. Making the case for museums and sustainable values (Más allá de la taquilla. Pensando en los valores sustentables del museo).

La presentación se realizó la tarde del jueves en el auditorio del Museo Universitario Arte Contemporáneo; participaron Holo, Gerardo Estrada, Lucina Jiménez y Julieta Giménez Cacho, bajo la moderación de De la Torre, todos, colaboradores del volumen, que sólo se ha editado en inglés.

Acerca de si los museos sólo están destinados a ampliar sus audiencias o pueden dirigirse a públicos con intereses particulares, Gerardo Estrada señaló que el asunto es complejo, ya que además hay que considerar si se trata de un museo privado o público.

El especialista español Santiago Palomero comentó sobre si sólo se debe centrar la atención de los museos en sus colecciones de objetos, y señaló que las posibilidades son muchas, aunque dependen de las particularidades de cada institución.

Por ejemplo, comentó que se pueden promover buenas exposiciones temporales y, a la vez, releer las permanentes. El museo, agregó, es sobre todo un lugar que debe provocar empatías y sus experiencias no se miden por el número de visitantes.

Estabilidad, necesaria

De la Torre preguntó a la autora, Selma Holo si el museo conserva su relevancia; la especialista respondió que cuando hay situaciones de emergencia, como la tragedia del terremoto en Haití, dichos espacios no son tan importantes y para que existan a plenitud es necesario un cuadro de estabilidad.

Respecto de las funciones un tanto distintas a las convencionales, Marco Barrera recordó el caso del Museo de la Naturaleza en Otawa, Canadá, que encabezó la limpieza del río San Lorenzo para que volviera a tener vida.

Lucina Jiménez, en coincidencia con Barrera, dijo que el museo es algo vivo, un espacio que no sólo tiene que ver con el pasado. En otro momento comentó que la sustentabilidad no sólo tiene que ver con lo financiero, sino con cómo funciona un museo en la sociedad.

Jiménez habló además de una descapitalización en el sentido de que no corren parejo los procesos relacionados con el artista y los museos, por un lado, y el público y el sistema educativo, por otro.

Julieta Giménez Cacho abordó el polémico asunto de la censura en ciertas exposiciones, y planteó que los museos deben estar cerca tanto a los intereses del público como a la libertad de los artistas.

Karen Cordero continuó con el asunto de si el museo puede poner límites; recordó que el buen arte, en su momento, ha ofendido a ciertas formas de pensar, pero que la función de dichos espacios es, precisamente, generar reacciones.

Al final, Holo dijo que lo importante es que se ha visto la necesidad de cambiar, y el cambio es difícil, pero será mejor mediante el diálogo y la discusión de las ideas.