Cuando tenía cinco años Daisy Jopling no quería un juguete: su deseo era tener un violín. Insistió tanto que su mamá al final le regaló uno. Su inspiración era una tía, ejecutante profesional de ese instrumento. Desde aquel tiempo, pocos son los días en que no tiene uno en sus manos para crear, practicar y ejecutar música de academia, así como rock, jazz, hip hop o reggae… incluso son.

La británica Jopling es una virtuosa que a los 14 años se presentó como solista en el Royal Albert Hall de Londres. Con su ensamble Triology (que acompañó a Bobby McFerrin en un concierto en el Teatro de la Ciudad en 2005) ha editado cuatro álbumes. Tiene uno en solitario (Key to the classics, producido por el neoyorquino Bojan Dugic).

Ahora, acompañada de una banda de rock (que igual hará hip hop y reggae), la violinista se presentará en México los días 23 y 25 de enero, en el contexto del Festival Internacional Alfonso Ortiz Tirado, que se desarrolla en algunas ciudades de Sonora.

¿Qué le ha dado la experimentación de lo académico con lo popular? Se le cuestiona en una charla telefónica desde Nueva York a la egresada del London Royal College of Music y del Conservatorio de Viena.

Dice: Eso es todo para mí. Desde que tengo uso de razón, la música clásica se escucha en casa. La mayoría de mi familia tocan un instrumento. Una de las razones por las cuales me mudé a Nueva York fue para estar en contacto con músicos que hacen todo tipo de géneros. He descubierto que en esa ciudad hay un pedazo de cada cultura y es donde convergen muchos estilos. Es el lugar donde descubrí que muchas culturas pueden vivir en armonía, pero creo que el punto importante fue conocer a gente con diferente pasado musical.

De hecho, sus actuaciones en México serán acompañadas por la banda de rock que formó en La Gran Manzana, y la cual basa sus arreglos en música clásica. “Actualmente promovemos Key to the classics, pero en el concierto tocaremos piezas clásicas mezcladas con hip hop y reggae, entre otros ritmos populares”, comenta en la entrevista.

Ha compartido los proscenios en muchos de los principales festivales internacionales, con artistas como Joe Zawinul, Gilberto Gil, Salif Keita, Julian Rachlin y Omara Portuondo, a quienes a sorprendido con su virtuosismo.

Comenta: Para ser músico clásico debes tener un increíble nivel de técnica y habilidad en la ejecución. Practicar día tras días por muchos años. La técnica es la servidora de la música, pero el virtuosismo, para mí, significa poder expresar algo por medio de esa habilidad.

–¿Cómo define su música?

–¿Hoy día? Pues ahora mismo es una que interactúa con una banda de rock, que se basa en música de academia. Soy un ente siempre en búsqueda de nuevas incursiones y que trata de expresarlas siempre con honestidad. Lo que hago es básicamente tomar piezas de música clásica que luego suenen como música popular. Hay una idea principal y cada uno de los músicos del grupo da su aportación.

Jopling explica la diferencia entre ejecutar música de academia y popular: “Con Triology, por ejemplo, se trata del rigor de la ejecución clásica. Cada uno de los músicos tiene que sonar exacto en cada nota, nada de cambios o improvisación, sólo como el compositor quiso que sonara, como el cuaderno pautado te lo dicta. En una banda de rock cada performance es diferente y esa es una esencia. Demasiada improvisación, pues. En un concierto de Triology la gente tiene mucha emoción, pero es pasiva y espiritual. Se siente cómo la música fluye a través de las personas. Con un grupo de rock también es emocional, pero tiene ganas de moverte, gritar. Ambas son pasionales.”

Conciertos en Cajeme y Guaymas

Jopling también ha colaborado en la composición de la música para dos filmes en Hollywood, cuya dirección musical estuvo a cargo de Hans Zimmer: Spanglish y El camino hacia El Dorado.

–¿Cuál es la diferencia de hacer música propia y por encargo?

–Cuando compongo para mí la inspiración puede venir de cualquier lugar, de cualquier cosa. Cuando hicimos esas composiciones para las películas, las ideas brotaron de lo visual, de las imágenes que previamente habíamos visto, pero que más tarde, en casa y en un contexto emocional, surgían en cualquier dirección. Esos trabajos, hechos junto con Triology lo realizamos en dos semanas sin descanso.

Sobre su experiencia de adolescente en una de las principales salas de conciertos del mundo –el Albert Hall de Londres– recuerda: Esa ocasión sentí la energía total del lugar. Cada minuto que pasaba disfrutaba una especie de emoción inigualable. Estaba nerviosa, pero conforme pasaba el tiempo fui acoplándome a la energía que fluctúa en el lugar. Ahora, para mí es una de las salas más espirituales.

Además de sus dos presentaciones, Jopling ofrecerá una clase magistral porque me encanta interactuar con la gente joven interesada en la música. Son una inspiración para mí.

Daisy Jopling en el FAOT, el sábado 23, a las 20 horas, en el Teatro del Itson, en Cajeme, y el lunes 25 a las 19 horas en el Auditorio Municipal Fray Ivo Toneck, de Guaymas.