La habana, 1º de enero. Los cubanos celebraron hoy el aniversario 51 del triunfo de la revolución entre logros y nuevos desafíos matizados por una severa crisis mundial.

Para los habitantes de la isla este suceso ocurrido el primero de enero de 1959 significó la materialización de los sueños de justicia de quienes entregaron sus vidas a lo largo de más de 100 años de lucha por obtener la verdadera independencia de la nación.

Modestas fiestas tuvieron lugar en pueblos y 21 salvas de artillería se detonaron hoy en la Fortaleza San Carlos de la Cabaña en La Habana, para conmemorar, el día en que huyó el dictador Fulgencio Batista, derrocado por Fidel Castro y su ejército revolucionario.

Viva Fidel, viva Raúl, viva la revolución. Sin derecho a equivocarnos, viejas y nuevas batallas y retos nos esperan en el año que recién comienza, el cual también se prevé difícil, subrayó un editorial leído en la emisora Radio Reloj, a modo de balance oficial.

Aún no trascendió algún mensaje por la efeméride del máximo líder de la revolución, quien aunque se alejó del gobierno cuando enfermó en julio de 2006, mantiene la influencia de su peso histórico y el poderoso cargo de primer secretario del Partido Comunista.

En la ceremonia celebrada en la oriental provincia de Santiago de Cuba, el presidente Raúl Castro subrayó que las revoluciones sólo avanzan y perduran cuando las lleva adelante el pueblo.

Tras un crecimiento económico de 1.4 por ciento en 2009 –se esperaba 6 por ciento–, el gobierno prevé para 2010 una expansión de 1.9, continuar un drástico plan de ahorro de energía, recortar el gasto social y dar prioridad a las inversiones en sectores que generan divisas, ante la grave crisis de liquidez que enfrenta la isla.

La economía cubana (95 por ciento estatal) encara serios problemas por la crisis mundial, las secuelas de tres huracanes en 2008, el embargo estadunidense y el lastre de la ineficiencia productiva, la burocracia, la corrupción y el paternalismo, según analistas.

La revolución constituyó la dignificación del ser humano como motivación de la dirección revolucionaria que asumió con prontitud los cambios necesarios.

Una de las medidas que constituyó un hito, la Ley de Reforma Agraria, fue aprobada el 17 de mayo de 1959, la cual eliminó los latifundios mayores de 420 hectáreas y entregó la tierra a decenas de miles de campesinos.