i bien la prospectiva no es nuestro campo, el ver que los expertos no le atinan ni de lejos a la predicción nos ha animado a incursionar en tan apasionante (y desaprensiva) disciplina.

Con base en un cuidadoso análisis de la vertiginosa recuperación mundial; de la inusitada demanda postcrisis por las manufacturas mexicanas; de la reforma estadunidense que abre las puertas y la legalidad a los migrantes mexicanos; de la inesperada recuperación de Cantarell que quintuplicó las reservas probadas de petróleo y gas; de la consideración de que tres décdas perdidas son suficientes; y de los últimos cambios de funcionarios que han consolidado, ahora sí, el mejor gabinete del mundo, hemos llegado a la conclusión de que 2010 será no sólo el año del bicentenario, sino un verdadero parteaguas en la historia moderna de México.

En este marco, nuestra recién creada División de Prospectiva ha considerado, y lo avalamos plenamente, que 2010 no será un año más de tendencias inerciales, discapacidad imaginativa, acciones disparatadas, promesas evaporadas, desnacionalizaciones, agravios, frustración y encono, sino un año jubiloso en el que todas las grandes esperanzas de la Independencia, la Reforma, la Revolución y la modernidad se darán cita y materializarán en un giro sorprendente, en un reencuentro con la brújula, con la unidad nacional, con la razón histórica, con un renovado Proyecto de Nación basado en el progreso sustentable, la equidad distributiva, la integridad, el respeto y la mexicana alegría.

Con estos parámetros en mente, nuestros pronósticos para 2010 son:

Crecimiento económico

Tras una profunda evaluación de la crisis, consideramos que la nueva estrategia (no) explícita del gobierno en materia económica se sustentará en la convicción de que si somos capaces de decrecer 7.0% en un año ¿cómo no vamos ser capaces de crecer lo mismo en el año siguiente?, y considerando además el mimetismo de nuestro gobierno con el estadunidense es claro que si allá se encaminan a compensar en 2010 el decrecimiento de 2009 y a crecer adicionalmente 3.0%, aquí seguiremos las mismas pautas. Por lo anterior, nuestro pronóstico es que en 2010 el crecimiento del PIB será en torno al 10% (Gráfico 1).

Empleo

Ante el agravamiento del desempleo, la ocupación informal y el deterioro salarial, la secretaría del Trabajo –sabemos de buena fuente– al fin fue enterada de la razón de su existencia y prepara una nueva y agresiva estrategia para que, más allá del empleo esperado con la recuperación del crecimiento, diversas medidas de índole fiscal y comercial, financiamiento, protección y arrepentimiento (que incluye la recontratación de las y los trabajadores de LFC), permitan crear 1.5 millones de empleos formales en 2010 (Gráfico 2). Esto atajará colateralmente las infundadas críticas y sarcasmos al gobierno del empleo.

Migración

La recuperación de la economía estadunidense y la determinación de Barack Obama de establecer un nuevo, respetuoso y más elevado nivel de relaciones con América Latina y México, auguran que en 2010 se regularizará la estancia y la situación laboral de los migrantes mexicanos en ese país; que el trabajo se igualará en el TLCAN al comercio y el dinero y el flujo de personas será libre; que el muro de la vergüenza será demolido y utilizado para tapar (en una acción simbólica) los innumerables túneles transfronterizos; y que el ingreso de divisas por remesas al país se elevará en un 60% aproximado en el año, poniendo de paso en equilibrio la cuenta corriente de la Balanza de Pagos. La Iniciativa Troya-Mérida, por su parte, será cancelada.

Reforma fiscal VIII

Ante la caída de los ingresos petroleros, la crisis fiscal y el sobreendeudamiento, 2010 será, ahora sí, el año de la Reforma Hacendaria (verdadera y definitiva). Se revertirán los impuestos antisociales aprobados en 2009 en un ataque de obnubilación, se cancelarán las prerrogativas fiscales que no sean de beneficio social, se cerrarán las vías de elusión y de evasión, y se hará realidad el principio equidistributivo que aplica Europa de que quienes mucho ganan, contribuyan en la misma medida. Con ello, nuestro pronóstico es que en 2010 México duplicará su captación impositiva (a cuando menos el 20% del PIB), superando con ello la era del paleolítico fiscal.

Este avance permitirá, por ejemplo, que en vez de la nueva refinería (reprogramada para iniciar operaciones en abril del 2028 con petróleo de Irak), podamos contar en 2010 con tres refinerías y sustituir la importación de derivados que ya equivalen a la exportación de crudo.

La prioridad rural

El golpe de timón respecto al campo será espectacular en 2010. Audaces políticas transformarán el agro mexicano, privilegiando el autoabasto alimentario con seguridad de mercado para los productos, precios justos, eliminación de intermediarios especuladores, disponibilidad adecuada de semillas nacio-nales e insumos, y rechazo a los transgénicos foráneos. Habrá fuertes inversiones en infraestructura eficiente de riego, asistencia técnica, agroindustrias rurales, y reforestación autosustentable. El pronóstico es que en 2010 recuperaremos la autosuficiencia agropecuaria y veremos el abatimiento de las importaciones relativas.

Educación

Esta será la prioridad prioritaria. La cobertura universal de los servicios educativos y su transformación cualitativa serán un hecho en 2010.

Relanzamiento industrial.

La secretaría de Economía –se presagia– dará un campanazo para probar a los incrédulos que aun existe. Tal suceso consistirá en un giro sorprendente hacia la reindustrialización del país, un nuevo eslabonamiento de las cadenas productivas, mecanismos de apoyo y protección a las industrias medianas y pequeñas, incorporación efectiva de tecnologías propias, e intensas campañas con el slogan patrio de Buy Mexican. Pemex adquirirá Petrobras, se pondrá coto a la industria foránea y a la monopolización, y la industria nacional será el puntal del desarrollo en 2010 y más allá.

Entrada al primer mundo

La nueva política fiscal, en conjunción con la expansión esperada del empleo, la política de escalamiento y equidad salarial (que seguro se implantará), y el aumento del ingreso rural, transformarán la ligeramente desigual distribución actual del ingreso a favor del factor trabajo en primer lugar, y en una asignación más equitativa entre los hogares mexicanos. Nuestro pronóstico para la nueva distribución avanzada del ingreso por deciles de hogares se presenta en el gráfico 3.

Moneda y finanzas

En un deslinde del monetarismo estrangulador, en 2010 seremos testigos de cambios impactantes:

a) Se obligará a los bancos a pagar tasas reales a los ahorradores, disminuir diferenciales y tasas de préstamo, y canalizar el grueso de los recursos a la actividad productiva del país.

b) Se creará el Instituto Nacional de Pensiones para administrar el ahorro social de los trabajadores garantizando su inversión en el país y tasas adecuadas de rendimiento.

c) El tipo de cambio se ajustará a su nivel real (arriba de 15 pe-sos por dólar) a fin de equiparar la competitividad de los bienes y servicios nacionales, posibilitar la sustitución de importaciones, y cimentar la reindustrialización.

d) Se reestructurará la banca de desarrollo para que sea eso, creando para su operatividad un banco público de primer piso, y

e) Se bloquearán todos los canales especulativos desestabilizadores (incluso los paraísos fiscales) y se adoptarán medidas contra la fuga de capitales.

El Estado se define

Tras numerosas encuestas, los tres poderes de la Unión han caído en cuenta que la sociedad tiene la peregrina idea de que sus funciones son servirla, preservar la Nación y acatar la Constitución. En atención a tal percepción, 2010 será también el año de la Reforma del Estado, un gran paso que les permitirá conjurar reclamos a la Berlusconi. Lo molesto es que si hay revocación de mandato tendremos que revisar nuestras predicciones.

En política exterior, además, el gobierno parece haber decidido que el oso no es el emblema más adecuado y está por definir uno nuevo.

Es bicentenario y nos toca. Hoy, 28 de diciembre de 2009, damos fe.

(Saúl Herrera Aguilar)

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