El cascanueces con la CND
or octavo año consecutivo la Compañía Nacional de Danza (CND), auspiciada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Bellas Artes, presentaron el ballet tradicional de Tchaikovsky y Petipa, El cascanueces, centenario ballet, como se sabe, estrenado en 1892, días antes de la Navidad en San Petersburgo, con el gran ballet Imperial de dicha ciudad, donde se reunía la nobleza y el más alto rango social para disfrutar de la ópera, la música y el ballet auspiciados por los zares de la Rusia con el lujo y rigor.
Tener acceso a la escuela imperial de ballet de San Petersburgo, que desarrolló a los más célebres bailarines de todos los tiempos, como la Pavlova, Karsavina, Olga Preovajenska, Nijinsky y muchos más incluyendo la generación posterior de Georges Balanchizade, o Balanchine, como se decía en Estados Unidos, significaba una gran oportunidad y alto honor, pues no sólo contaban con los mejores maestros italianos y franceses que los formaron en lo que se llamó la Escuela rusa de ballet, sino que también tenían la oportunidad de codearse con lo mejor de la cultura, con la aristocracia y ser ampliamente conocidos por el gran público, donde obtenían nombre y prestigio, hasta la fecha respetados.
Sus nombres, hasta nuestros días, son reverenciados sin más testimonio que las crónicas y críticas de la época, con las epopeyas o escándalos que se daban, como el de la bellísima Tamara Karsavina, la amante del zar, o el silencio a voces de la relación homosexual del empresario del Ballet Russe, Serguei de Diaghilew, y el genial bailarín Vaslav Nijinsky.
La calidad suprema, el arte, el lujo refinado de finales del siglo XIX y principios del XX reflejado en los ballets producidos en el teatro Marinsky y el Bolshoi de Moscú, imprimieron una huella imborrable en el espectáculo mundial de la danza hasta el presente siglo XXI.
Y uno de esos ballets es sin duda El cascanueces, aunque las estrellas o figuras centrales del mismo, al menos en nuestro país, aún no sean reconocidos o se considera posiblemente que todavía no tienen la calidad requerida para lograr todo el apoyo y publicidad de su linaje artístico, o el favor de un público fanatizado y muy conocedor balletísticamente.
Por lo menos a mi me gustaría y soy de la opinión dado que la CND se ha especializado mayormente en los grandes ballets del repertorio tradicional, que se empezara a formar, impulsar y promover a las estrellas del ballet mexicano con todo lo que necesitan culturalmente, pues se tiene de todo y más se publicitan los organizadores –planta burocrática y técnica– que los protagonistas de la danza, tal vez porque se tema demasiado al brillo de las verdaderas figuras del ballet .
Sin duda alguna, los grandes maestros del ballet, como Cechetti y Vaganova cimentados en la historia del ballet, no opacaban en nada el valor artístico de sus alumnos, como Nijinsky y Pavlova por mencionar algunas y cada uno tenía su valor y su lugar, pero la gran atracción era la compañía y sus grandes estrellas. Me parece que una compañía del calibre e inversión financiera de la CND podría incluir en su quehacer, el paciente y delicado trabajo de formar estrellas, con todo el rango, calidad y trato que se usa para ellas, en lo que es imprescindible el talento especial, y el nivel técnico-académico y artístico necesario a nivel internacional.
Creo que hay que comprometerse, proponerse en este aspecto, propiciar en la juventud artística metas y sistemas claros y definidos si se deseara obtenerlos .¿Qué los detiene?
El cascanueces de Tchaikovsky y Petipa es uno de los más bellos y populares ballets del repertorio universal de todos los tiempos. Contiene un alto grado de dificultad académica y demanda madurez artística. Como otros ballets importantes, es la meta obligada de todo bailarín o bailarina que aspire a una especie de consagración, a la que sin duda tienen derecho. Ojalá, luego de ocho o nueve años de representarlo, en las próximas décadas se lograra tener ya figuras consagradas como lo merecería una agrupación como la CND a la que se le ha dado todo.
Mientras tanto, el gran espectáculo de El cascanueces, hermoso y con todo esplendor, se presentó en el Auditorio Nacional.