Gana propuesta por 39 votos en favor, 20 en contra y cinco abstenciones; podrán adoptar
PAN, PRI y PVEM demandan al jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, vetar el ordenamiento
Advierten coordinadores que promoverán ante la Corte una acción de inconstitucionalidad
Martes 22 de diciembre de 2009, p. 29
Con el voto mayoritario de los diputados de PRD y PT, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aprobó ayer las reformas al Código Civil de esta capital, mediante las cuales se legaliza el matrimonio entre parejas del mismo sexo, quienes incluso tendrán derecho a adoptar hijos.
Los coordinadores del PAN, Mariana Gómez del Campo, y del PRI, Israel Betanzos –quienes tuvieron el apoyo del PVEM–, anunciaron que promoverán una acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y demandaron al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, que vete esa disposición y no entre en vigor dentro de 45 días, como fija el dictamen avalado.
El debate en tribuna lo dieron los legisladores de PRD y PAN, quienes durante tres horas no sólo expusieron argumentos jurídicos, sino que llegaron a la confrontación verbal, a las acusaciones de corruptos
e ignorantes
, y al cuestionamiento de las preferencias sexuales de diputados o militantes partidistas.
Esto último obligó a los coordinadores de PAN, PRI y PRD a improvisar una reunión en el pleno para acordar que se pusiera alto a las descalificaciones desde la tribuna. Por lo que ordenaron a sus huestes no responder las alusiones y pasar a la votación del dictamen en lo general. En ese momento se comenzó a hacer historia: los diputados de PRD y PT sumaron 39 sufragios a favor de las reformas, contra 20 de PAN, PVEM y dos priístas: Emiliano Aguilar y Octavio West.
La maniobra del PAN contra esas reformas se vislumbró desde el primer momento, cuando el diputado Carlo Fabián Pizano presentó una moción suspensiva para que el dictamen sobre los matrimonios entre parejas del mismo sexo se regresara a comisiones, con el mismo argumento que utilizaron en el caso de las modificaciones en materia de aborto y la Ley de Sociedades de Convivencia: se está pretendiendo legislar al vapor, y es necesario más tiempo para su análisis.
Su intento fue infructuoso, al desecharse el recurso legislativo por 35 votos contra 26.
El perredista David Razú, promovente de la iniciativa, argumentó que las reformas al Código Civil no buscan sino el reconocimiento de derechos para un sector social, al que permanentemente y de manera por demás injustificada se le han negado, sin que esto vulnere el derecho de ninguna otra persona o grupo social.
Remachó: quienes se oponen no han podido producir un solo argumento válido en términos de pérdidas de derechos sobre el concepto actual del matrimonio
.
En las gradas del recinto, decenas de personas en favor o en contra de las reformas apoyaban o reprobaban con silbidos o aplausos a los oradores, lo que obligó a la presidenta de la mesa directiva de la ALDF, Lizbeth Rosas, a reiterar el llamado al orden. En las curules, diputados y diputadas de PRD portaban bufandas con los colores de la comunidad lesbico-gay.
La discusión alcanzó el clímax con la intervención en tribuna de José Luis Muñoz Soria, quie cuestionó a los panistas si sabían cuántos de sus militantes tienen preferencias sexuales diversas; ¿se han preguntado si el gran dirigente que tuvieron, Carlos Castillo Peraza, vivió una existencia feliz o si tuvo toda una serie de traumas porque nunca se le permitió ejercer su sexualidad?
La respuesta vino de Juan Carlos Zárraga, del PAN, quien acusó de corrupto a Muñoz Soria y criticó su omisión para atacar las redes de prostitución infantil en la delegación Cuauhtémoc, ¿no será acaso que eso iba de acuerdo con sus preferencias?
Ya aprobado el proyecto en lo general, Maricela Contreras, del PRD, presentó una reforma al dictamen de reformas para quitar el candado que prohibía la adopción de hijos a las parejas del mismo sexo. Ya nadie debatió y se fueron directo a la votación: 39 a favor (PRD-PT), 20 en contra (PAN-PVEM y dos prístas) y cinco abstenciones, de priístas.
Esto generó el enojo de panistas y priístas, quienes abandonaron el recinto y argumentaron que el PRD no había cumplido el acuerdo de mantener esa prohibición, pero la historia ya estaba escrita.