Opinión
Ver día anteriorViernes 18 de diciembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Placer al alcance de todos
M

ientras las autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y de algunos estados de la República mexicana debaten sobre si es adecuado tratar en libros de texto la importancia del placer sexual y la satisfacción plena, la ciencia del mundo avanza: hoy una empresa farmacéutica mexicana ya cuenta con un nuevo medicamento para evitar la eyaculación precoz.

En Guanajuato vemos que el fascismo existe: como en los peores años de la época medieval se queman los libros de la SEP porque aluden al placer sexual. Nunca se había visto una reacción de tal magnitud. Suponemos que las autoridades de León nunca han experimentado un orgasmo y no saben qué es el placer. Lo que vemos con horror es que se queman los libros de texto sin que nadie haga algo al respecto. ¡Ésa es la educación sexual de los mexicanos!

Cuando en un principio se consideró que la disfunción eréctil en los hombres era un problema surgieron los medicamentos Viagra, Levitra y Cialis, con los cuales se resolvieron –al menos parcialmente– los problemas de erección. La solución la ha dado la ciencia y es una verdadera revolución sexual. Ni sicólogos ni sicoanalistas ofrecen resultados concretos. Se ha demostrado que la ciencia tiene respuestas sólidas que rebasan a la sicología y al mismo Freud. Gracias a la ciencia y por primera vez en miles de años, los problemas de impotencia y eyaculación precoz tienen solución para beneficio del placer sexual.

Con estos medicamentos la excitación y la duración de la erección masculina dejarán de ser problemas. Ahora el asunto es económico, ya que dichos fármacos no son accesibles para la mayoría de la población. Los laboratorios argumentan que invierten sumas millonarias que deben recuperar (personalmente, no lo creo), y que las patentes duran de 10 a 20 años, para tener precios accesibles para la mayoría de la población. Más bien creo que se deja un margen de 10 o 20 años para obtener ganancias millonarias, y que se escudan en lo que invierten en investigación. Pero se podría debatir y analizar.

Este es un problema complejo a escala mundial, porque no sólo los fármacos para tratar la disfunción eréctil y la eyaculación precoz son sumamente caros, sino también los medicamentos para enfermedades como el cáncer, cuyos costos son tan elevados que nadie los puede costear, a menos que tenga gran poder adquisitivo. Es un verdadero problema de salud pública, porque siempre están los negocios por encima de los intereses y las necesidades de la sociedad. Si no, veamos a las aseguradoras, que emplean las matemáticas para obtener grandes ganancias.

En este sentido, nuevamente habrá que hacer un llamado a las empresas de fármacos del mundo para que asuman su compromiso con la salud de la población y no lucren de manera tan desproporcionada. Son un insulto para la población los costos de los medicamentos contra las ganancias que obtienen.

Los partidos políticos del país promueven que no se eleve el costo de alimentos y medicinas, cuando el verdadero problema son las ganancias de los laboratorios. Como corderitos asumimos el costo de las medicinas, y todos los partidos lo aceptan. ¡Sólo quieren que no los aumenten!

La ciencia comprometida con la sociedad no lo puede aceptar, porque las ganancias de las grandes empresas farmacéuticas son desproporcionadas y se lucra con la salud de las personas.

¿Quién dijo que hay que aceptarlo? Se deben bajar los costos de las medicinas y hacerlos accesibles para la mayoría: lucha de divulgadores y científicos. No se justifican sus elevados costos, y podemos demostrarlo.

Los investigadores difunden sus resultados de manera gratuita en todas las publicaciones del mundo, y por sus descubrimientos y aportaciones no cobran más que su salario académico en las universidades, una visión que hoy parece ingenua para la ciencia y los científicos, al ver lo que nos cuestan las medicinas y los tratamientos. Si en los años 60 del siglo pasado los anticonceptivos iniciaron la revolución sexual de Wilhelm Reich, Kinsey y Masters-Johnson, hoy la encabezan los medicamentos contra la disfunción eréctil y la eyaculación precoz, aunque falta la contraparte femenina que es más compleja.

La lucha de la ciencia se dirige hacia que los medicamentos sean accesibles para toda la población del país.