Es uno de los artistas más innovadores de la música moderna
Domingo 6 de diciembre de 2009, p. a13
Nueva York, 5 de diciembre. Viéndole en el escenario podría pasar por un vagabundo; mal afeitado, con chaqueta vieja o un sombrero abollado que le tapa parte del rostro. El cantante de culto estadunidense Tom Waits aún mantiene la imagen del estrafalario marginado, aun cuando hace tiempo figura entre las mentes más sobresalientes e innovadoras de la historia de la música moderna.
Este lunes (7 de diciembre) la reservada estrella cumple 60 años y quiere levantar el menor revuelo posible en torno a su persona. El público es un animal salvaje, es mejor no alimentarlo demasiado bien
, fue siempre su lema.
Desde su disco debut Closing Time (1973) hasta su recientemente aparecido álbum en vivo Glitter and Doom, con fragmentos de su gira europea de 2008, Waits viene fascinado a sus fanáticos con sus canciones enigmáticas y sombrías durante casi cuatro décadas. En sus composiciones habla de los perdedores y desamparados de la sociedad estadunidense, de la violencia, la borrachera y la depresión.
A pesar de todos los cambios estilísticos y experimentos, su voz se mantuvo siempre inconfundible; grave, áspera y ronca. Su voz suena como si hubiera pasado un par de meses en un barril de whisky, luego por humo y por último hubiera sido atropellada por un coche
, consideró el crítico de música estadunidense Daniel Durchbolz.
Robin Hood de los forajidos
Nacido en 1949 en California, hijo de un matrimonio de profesores que luego se divorciaría, tras la escuela Waits trabajó en un principio como pizzero, lavaplatos y portero en San Diego. Las primeras canciones propias surgen de diálogos recogidos al vuelo con clientes, mientras aprende a tocar el piano por su cuenta en los clubes de la ciudad.
Como huésped durante años del legendario Tropicana Motel, un hotel de mala muerte frecuentado por artistas y venido a menos en Los Ángeles, el testarudo cantante se convirtió en los años 70 en uno de esos artistas desconocidos a los que se recomienda.
Influido por los autores de la llamada generación Beat, como Allen Ginsberg y Charles Bukowski, alimenta su imagen como la de un Robin Hood de los forajidos, melancólicos y empedernido fumador. No tengo ningún problema con el alcohol, excepto cuando no puedo conseguir un trago
, canta, y así es.
Tras varios álbumes, marcados sobre todo por el blues y el jazz, en 1983 logró el éxito internacional con Swordfishtrombones. Por primera vez Waits experimenta con sonidos ruidosos e instrumentos inusuales. Desde entonces han aparecido más de 10 álbumes, que siempre son recibidos por la crítica favorablemente. Además de numerosas otras distinciones, obtuvo dos Grammys, uno por Bone machine (1992) y otro por Mule Variations (1999). Su éxito comercial, sin embargo, fue a menudo mayor en Europa que en Estados Unidos.
Al mismo tiempo Waits hizo una segunda carrera como actor y compositor de bandas sonogras. Entre sus actuaciones brillantes se encuentra la de Zack, un dijéy desempleado y prisionero, en la película de culto de Jim Jarmusch Down by Law (1986), para la cual también contribuyó con la música. La banda sonora del musical de Francis Ford Coppola One from the Heart fue honrada con una nominación al Óscar.
En el rodaje de esta película Waits conoció a Kahtleen Brennan, una asistente de dirección de Coppola, quien luego sería su esposa. Por ella dejó el alcohol, la pareja tuvo tres hijos y también colaboran estrechamente en lo profesional. Así es como junto todo se comparte
, dijo Waits alguna vez. Uno friega la vajilla, el otro la seca. Yo le rasco su espalda, ella la mía. Somos como dos cuchillos que se afilan mutuamente.
En Alemania, el músico recibirá un regalo de cumpleaños atrasado: el teatro Thalia de Hamburgo, que en 1990 estrenó su parodia de El cazador furtivo, The Back Rider, con gran éxito quiere reponer el musical de rock Woyzeck del año 2000. Se trata de locura, y niños, obsesión y muerte
, escribe Waits en su página de Internet. Todos los temas que nos preocupan, hoy tanto como entonces.