EU, la mayor economía del mundo, tiene ahora más interés en temas internos: Lamy
Proteccionismo, riesgo latente; las restricciones sólo han afectado 1% del comercio mundial
Domingo 29 de noviembre de 2009, p. 26
Ginebra, 28 de noviembre. El mundo continuará globalizándose, pero a un ritmo que podría desacelerarse por la presión de los desafíos actuales, reconoció el director de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy.
La organización realizará a partir del lunes en esta ciudad su primera reunión ministerial en cuatro años (la anterior fue en Hong Kong en 2005), en la que los intentos por revivir la ronda de comercio global probablemente jueguen un rol central durante el encuentro de tres días. Sin embargo, las negociaciones comerciales no están en la agenda de la cumbre, pues ésta fue convocada para evaluar los esfuerzos para salir de la crisis y combatir el proteccionismo.
Este tipo de medidas -contrarias a los dictámenes de la OMC- surgieron durante la crisis mundial, en un intento de los gobiernos por proteger sus economías de la recesión. En este aspecto, el gobierno de Estados Unidos ha sido uno de los más criticados por la comunidad internacional.
Los 153 estados miembros de la OMC representan en conjunto 95 por ciento del comercio mundial total.
Revisar las reglas
En vísperas de la séptima reunión ministerial de la organización, el director del organismo multilateral, Pascal Lamy, señaló en una entrevista con Afp que el mundo continuará en línea de la globalización, pero a un ritmo que podría desacelerarse, debido a la presión de los desafíos actuales.
–¿Qué espera usted de esta séptima reunión ministerial?
–Esta conferencia ministerial permitirá a los miembros revisar la manera en que la organización en su conjunto opera y la forma en que se aplican las reglas. Se tratará de obtener orientaciones políticas para la continuación. El ciclo de Doha estará en el orden del día, aunque no debe esperarse ningún sobresalto de negociación. Espero de los ministros que tengan una discusión sobre cómo quieren concluir el ciclo el año próximo. La negociación avanza y los miembros comienzan a tener una visión horizontal de la negociación, lo que es bueno. Pero hay que acelerar el ritmo si se quiere concluir en 2010.
–No obstante, Washington no parece estar totalmente implicado y por la Unión Europea, la comisaria de Comercio, Catherine Ashton, está a punto de partir. ¿Todo esto no podría complicar el proceso?
–Es verdad que por el momento el calendario político de la administración estadunidense se focaliza más en la reforma del sistema de salud, en el medio ambiente y en la regulación financiera, que en el comercio. Y sus negociadores aún no están todos confirmados por el Senado. Sin embargo, Estados Unidos está comprometido en la negociación. Como lo indicó recientemente el presidente (Barack) Obama, el comercio sigue siendo un motor para generar crecimiento. En cuanto a Europa, un nuevo comisario acaba de ser propuesto en la persona de Karel de Gucht. Ya lo conozco en su papel actual de comisario para el Desarrollo. Es un negociador sólido y hábil. Estoy en buena posición para saber que el capitán de un petrolero no es el mismo que el de una lancha rápida.
–¿Dónde estamos en cuanto al proteccionismo?
–Nuestro último informe sobre las medidas comerciales en la crisis muestra que no ha habido una escalada proteccionista. A pesar de algunas medidas tomadas aquí o allá, el volumen del comercio mundial afectado por medidas restrictivas sigue siendo inferior a uno por ciento. Pero la presión política proteccionista sobre los gobiernos se mantiene y el stress test
de la OMC no ha terminado. Esta presión viene del hecho que el mercado del empleo seguirá deteriorándose. También allí hay que mantener la vigilancia.
–¿Cómo interpretar en esas condiciones las recientes fricciones entre Pekín y Washington?
–Las fricciones entre gigantes del comercio mundial de hoy son inevitables, y en proporción del volumen de intercambios. Lo importante es que no degeneren y que el mecanismo de arreglo de los diferendos de la OMC juegue su papel de juez.
–¿Cree aún en la globalización de los intercambios?
–Se ha visto con la crisis, actualmente los países son interdependientes. El comercio sirve de correa de transmisión entre la oferta y la demanda. Algunos países exportan lo que otros no pueden producir, y esto se aplica sobre todo en el sector agrícola. El comercio permite el aprovisionamiento en productos agrícolas de los países afectados por la sequía, por ejemplo. En esas condiciones, parece probable que el mundo continúe el proceso de globalización, aunque su ritmo podría desacelerarse.