La administración capitalina considera conveniente revisar el precio del boleto del Metro y fijar una nueva política tarifaria en materia de agua que discrimine a los usuarios de acuerdo con el uso, nivel de consumo y de desarrollo e infraestructura en que viven, para reducir y focalizar el subsidio que hoy día se otorga, el cual en muchos casos cubre hasta 95 por ciento del costo real del servicio, lo que fomenta el desperdicio y los malos hábitos en su consumo.

El tesorero del Distrito Federal, Luis Rosendo Flores, explicó que la tarifa que se cobra por el agua es la más baja del país, pese a que el costo del suministro es el más alto a escala nacional, de 2.3 centavos por litro, lo cual ha promovido su despilfarro. El consumo promedio bimestral de los hogares supera 30 mil litros por toma, 20 por ciento superior al de otras ciudades del país y 50 puntos arriba de ciudades de naciones desarrolladas, detalló.

A ello se suma la reducción del almacenamiento de agua en el Sistema Cutzamala; la pérdida de 20 a 30 por ciento del volumen que llega por fugas; problemas en la medición del consumo, que implicarán la renovación de 700 mil medidores en los próximos tres años, con una inversión de 700 millones de pesos, y la mala calidad del servicio, agregó.

El irracional subsidio que tienen las tarifas es otro problema, por lo que debe cambiarse la estructura actual, afirmó a su vez el director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), Ramón Aguirre Díaz, al adelantar que el aumento será de medio centavo por litro, en promedio, y las tarifas que estamos nosotros planteando en los arranques de consumos básicos representan menos de un peso por familia al día, es decir, son accesibles, pero basadas en el cuidado del agua.

Aclaró que el subsidio del líquido continuará a todos los usuarios domésticos, sobre todo a los de menor poder adquisitivo, con base en el consumo básico de 20 mil litros en un bimestre, ya que un consumo mayor significa que los hábitos no son los mejores y se desperdicia el agua.

Se tomarán en cuenta cinco variables: accesibilidad de los usuarios a servicios de transporte, escolares, comerciales y hospitales; de desarrollo, donde se incluye el nivel de educación, número de hijos, población no derechohabiente y condiciones de su vivienda; valor catastral de la vivienda a nivel manzana; servicios urbanos que tiene, como luz, agua entubada y drenaje, e ingresos, a fin de focalizar los subsidios, argumentó el tesorero.

El Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro también consideró conveniente revisar el precio del boleto para garantizar la prestación del servicio en condiciones óptimas de seguridad, continuidad y calidad del servicio –que fue calificado de bueno a excelente por 64 por ciento de los 5 millones de usuarios diarios–; así como cubrir las necesidades de operación y mantenimiento, continuar con la rehabilitación y renovación del parque vehicular y el crecimiento de la infraestructura.

El subgerente de Planeación Estratégica del STC, Luis Ruiz Hernández, destacó la necesidad de contar con recursos para continuar los proyectos estratégicos, como la construcción de línea 12, y la compra de nueve trenes con valor de mil 501.3 millones de pesos, resolver los problemas de asentamientos diferenciales en la línea A, acabar con el ambulantaje y rehabilitar el conjunto San Lázaro de la línea B, entre otros.