La liguilla, entre la emotividad y lo mediocre
riticada por unos y alabada por otros, la liguillla es un torneo especial. La mayoría de los partidos son emotivos e intensos, ya que las series se definen por marcador global. Pero también se pueden ver duelos mediocres como los de Monterrey-América y San Luis-Toluca, en los que los técnicos juegan a no perder y sufren los aficionados.
Después de la goleada por 4-0 que sufrieron ante Cruz Azul en el torneo regular, los pupilos del Chelís parecían víctimas seguras. Sin embargo, en el partido más vibrante hasta ahora en cuartos de final la victoria coqueteó con los dos contendientes y el empate en sorprendente 4-4 fue el justo premio.
La Máquina se enfila a las semifinales. No sólo porque le basta el empate en su estadio, sino porque finalmente los Cementeros tienen sangre en las venas. Parecía costumbre que construyeran ilusiones que se derrumbaban apenas al primer obstáculo.
No obstante, en el duelo ante los aguerridos Camoteros demostraron que pueden aspirar al título de la mano de un arquero confiable, un Emanuel Villa que no anotó pero contagia de ánimo a sus compañeros y un técnico que es calificado de sabio por sus propios jugadores y ha dado cuerpo de equipo a unos futbolistas desperdigados y tibios.
Santos y Morelia también respondieron a las expectativas, con un arbitraje polémico y un Matías Vuoso que recordó sus viejos tiempos en las ligas infantiles y se hizo expulsar. La victoria por la mínima diferencia no es garantía para los Guerreros, que visitarán el estadio Morelos y que el resurgido Tomás Boy ha convertido en una aduana infranqueable.
Los otros partidos quedaron a deber. En Monterrey sobró el sentimiento pero faltó el deseo de triunfo. Quizá ablandados por el ambiente, los técnicos Víctor Manuel Vucetich y Jesús Ramírez prefirieron guardar sus armas para el próximo sábado en el estadio Azteca, donde las Águilas sólo necesitan la victoria por cualquier marcador para instalarse en las semifinales.
Durante la semana que terminó abundaron los elogios para Antonio de Nigris, quien se convirtió en trotamundos porque tenía cerradas las puertas en el futbol mexicano. Los directivos que hoy lo engrandecen son los que ayer lo bloquearon, en un hecho más de injusticia e hipocresía en nuestro balompié.
Y los que también merecen abucheos son San Luis y Toluca. Durante la semana, el técnico choricero José Manuel de la Torre se quejó de que tacharon a su equipo de defensivo, pero qué calificativo puede tener un conjunto que sólo tuvo un par de llegadas durante los 90 minutos. Sin embargo, el pase está en sus manos, ya que sólo debe ganar en La Bombonera para llegar a la siguiente ronda.
Los Gladiadores, como admitió Braulio Luna, son el patito feo de la liguilla. No sólo luchan contra el superlíder, sino entre ellos mismos. El técnico Miguel Ángel López relegó a la banca a uno de sus mejores elementos, Eduardo Coudet, en otra pelea entre argentinos, como la que protagonizaron Ricardo La Volpe y Darío Botinelli en el Atlas.
Los Zorros despidieron a un La Volpe que había pedido otra oportunidad, pero que dejó al equipo con más problemas de descenso y que tal vez se enfila irremediablemente a su retiro, encerrado en la soledad del que cree saberlo todo.
Luego de su extraña salida del Chicago Fire, donde sin duda era el mejor elemento pero no le renovaron el contrato, Cuauhtémoc Blanco firmó entre lágrimas con el Veracruz. El mejor jugador del Tri regresará a los potreros, donde deberá verle la cara a la realidad, luego de que al recibir el Premio Nacional de Deportes afirmó sin tantita pena que el Tri luchará por el título Mundial en 2010.
En tanto, la clasificación de Francia a Sudáfrica demuestra una vez más la forma en que la cancha se inclina para favorecer a los poderosos. A Joseph Blatter ya ni siquiera se le sonroja el rostro, a pesar del fuera de lugar galo y de la doble mano de Thierry Henry, y sólo es de esperarse que en la primera Copa del Mundo en suelo africano no sean tan obvios.