Sábado 21 de noviembre de 2009, p. 32
La estructura de 10 mil 746 viviendas en Iztapalapa está dañada porque los inmuebles fueron construidos sobre una enorme grieta que afecta a 50 por ciento del territorio de la delegación. En 200 casos se ha determinado que hay un riesgo inminente
de colapso como consecuencia de la falla geológica.
Los datos oficiales, expuestos por la encargada del despacho delegacional, Clara Brugada, han puesto en alerta a autoridades del Distrito Federal, originada porque la situación del subsuelo se ha agudizado.
El impacto de la falla geológica, de 16 kilómetros de longitud, se registra desde la zona más baja de la delegación, en la colonia La Planta –en la colindancia con Tláhuac–, hasta la parte norte del cerro del Peñón.
La fisura está ubicada hacias la dirección territorial Cabeza de Juárez, y de ahí se han desprendido muchos brazos de la grieta
, aseguró Rocío Sánchez, representante vecinal de Ejército Constitucionalista, quien durante años ha reportado los daños en la zona. El pasado 30 de octubre el movimiento en el subsuelo reventó los tubos en la red del drenaje y provocó una enorme fuga de agua
.
Las colonias afectadas, según geólogos de la Universidad Nacional Autónoma de México, de acuerdo con un estudio que se presentó en 2007, son Unidad Habitacional Ermita Zaragoza, Ejército de Oriente, Zona ISSSTE, Peñón, Concordia Zaragoza, Santa Martha Acatitla, San Lorenzo Xicoténcatl, Santa María Aztahuacán, Vicente Guerrero, Jacarandas, Cananea y Francisco Villa, entre otras.
En la colonia Lomas de San Lorenzo, donde en años recientes se han abierto grietas hasta de 50 metros de profundidad, la Dirección General de Protección Civil del Gobierno del Distrito Federal instaló una central de monitoreo para registrar los movimientos del subsuelo.
La vibración en los inmuebles de la Unidad Ejército Constitucionalista y los pequeños temblores son todos los días
, comentó Margarita Ortiz, quien cotidianamente revisa su vivienda en busca de una nueva grieta, una separación de muros o hundimientos
.
Los grandes movimientos alarman a los habitantes, porque es un tronido fuerte, como un cohete, y se hace cuando se parte la tierra
, señaló Imelda Pinelo, habitante de la supermanzana 2.
Entre los moradores hay temor, pero afirman que a 36 años de habitar el lugar y de haber pagado por su único patrimonio, dejarlo no es la solución
.
Mauricio Pérez Tapia y su esposa Amalia Salazar, que firmaron el acuerdo de evacuación, han visto cómo se deteriorara la vivienda, aparecen la fisuras, se separan los muros y el edificio se hunde
. Improvisaron un escalón porque el departamento que habitan está 30 centímetros abajo de donde estaba originalmente.
Verónica Suárez indicó: todo el tiempo tenemos que estar resanando las paredes, el baño ya no funciona y la red domiciliaria tiene fallas
.
Las quejas son similares en la zona, donde hay calles fracturadas y existe afectación en varias escuelas, entre ellas la primaria Miguel de Cervantes Saavedra.