Ésta es una crisis de la lucha de clases en la que muchos queremos participar: Briseño
Necesaria, una comunidad crítica más activa: Esparza y Amezcua
Llueven propuestas de apoyo
Martes 10 de noviembre de 2009, p. 8
Lo bueno, mientras más breve mejor. De modo que el escritor Paco Ignacio Taibo II resumió su intervención en el encuentro de intelectuales y trabajadores de la cultura con la cúpula del Sindicato Mexicano de Electricistas en muy pocas palabras: ¿Qué hacemos nosotros? ¿Dónde nos quieren?
El blusero y poeta Guillermo Briseño lo puso de este modo: “Ésta es una crisis de la lucha de clases en la que muchos queremos participar… le entramos a todo lo que haya que hacer”.
Ayer por la tarde, en menos de tres horas se acordó crear una asamblea permanente donde confluyan creadores, académicos, gente de cultura y ciencia que se sumarán a la resistencia de los electricistas y, a corto plazo, unirán su voz a la convocatoria del paro del miércoles.
Con la idea de multiplicar el llamado a participar en las actividades de resistencia que ya están en curso en el ámbito de las letras, las ciencias, las artes gráficas y escénicas, en las universidades y las escuelas, los dirigentes del SME Martín Esparza y Fernando Amezcua reconocieron que para poder articular al movimiento popular a partir de la lucha de los electricistas es necesaria una intelectualidad crítica más activa
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El diálogo se realizó en la sede de Servicios y Asesoría para la Paz (Serapaz).
Acudió cerca de un centenar de personas. Entre ellas el novelista Enrique Serna, el cineasta Leo Gabriel, la actriz Ana Colchero, el antropólogo Gilberto López y Rivas, los abogados Juan de Dios Monge y Magda Gómez, los promotores de lectura Paloma Saiz y Emilio Reza, los músicos populares Nayeli Nesme y Héctor Silva, El Pípila. Había historiadores, filósofos, politólogos, fotógrafos, ambientalistas, cabareteras, sindicalistas, artistas plásticos, músicos, videoastas, blogueros, maestros y activistas de las disciplinas más diversas: derechos humanos, contra la guerra, por el medio ambiente y las autonomías indígenas.
Llovieron las propuestas de este sector de intelectuales para hacer lo que sabemos hacer y ponerlo a disposición de este movimiento
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Hubo también muchas preguntas: ¿cómo articular tanta buena voluntad? ¿Cómo evitar que la serie de iniciativas y propuestas creativas no se limiten a circular en el cerrado ámbito del autoconsumo, entre los de siempre
, y llegue a las mayorías que han sido víctimas de la intoxicación mediática en contra del sindicato y a favor de un decreto presidencial que ni siquiera es legal?
Las distintas voces coincidieron en que en esta lucha está en juego mucho más que el destino del SME; está en juego la suerte del país y su posibilidad de ser una nación soberana
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Hubo un clima de urgencia en la reunión. En las intervenciones y propuestas se privilegió el corto plazo; el miércoles 11, para ser más exactos.
Entre las primeras resoluciones se acordó que el día del paro nacional, junto con la dirigencia del SME y los legisladores progresistas que ya comprometieron su acompañamiento, una comitiva de este grupo de trabajadores de la cultura estará en la descubierta que se desplazará a la sede del edificio de La Verónica de Luz y Fuerza, en Mariano Escobedo y Melchor Ocampo, para la toma simbólica de la institución extinguida
por decreto presidencial.
Se decidió también que ese mismo día se convocará al sector de intelectuales y trabajadores de la cultura a sumarse a las cinco marchas que avanzarán hacia el Zócalo desde cinco puntos de la ciudad, con el objetivo de superar la movilización del 15 de octubre. Este colectivo saldrá del Ángel de la Independencia.