La canciller, que creció en Alemania oriental, aboga por un mayor orden global
Gorbachov y Lech Walesa, entre los asistentes a la celebración en la Puerta de Brandeburgo
Martes 10 de noviembre de 2009, p. 18
Berlín, 9 de noviembre. La canciller federal alemana Angela Merkel afirmó este lunes que este mundo no será pacífico sin un mayor orden global y sin mayor cooperación multilateral
, al cumplirse el vigésimo aniversario de la caída del Muro que durante 28 años dividió Berlín, donde unas cien mil personas asistieron a la ceremonia oficial de conmemoración.
Merkel se refirió a las tareas pendientes en las relaciones internacionales durante un simposio sobre las consecuencias del derrumbe de la barrera de 155 kilómetros que partió en dos a Berlín, de norte a sur, y que aisló el enclave controlado por Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, dentro del territorio de la República Democrática Alemana (1949-1990).
El simposio formó parte de las numerosas actividades relativas al aniversario de la destrucción del muro y fue realizado horas antes de que Merkel –política conservadora que vivió del lado oriental durante la guerra fría– encabezara la llamada fiesta de la libertad
, a la que asistieron representantes de Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y algunos de los protagonistas de la política europea en 1989, incluidos el último presidente de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov, y el ex líder sindical polaco Lech Walesa.
Durante un discurso en la ceremonia realizada en la Puerta de Brandeburgo, el corazón de Berlín, por donde pasaba la muralla de hormigón de 3.60 metros de altura, Merkel evocó las emociones que le causó la noticia sobre la caída del muro, al afirmar ante cientos de personas: ése fue uno de los momentos más felices de mi vida
.
Un sueño europeo
Merkel, quien volvió la mañana de este lunes al lugar donde cruzó hace 20 años la antigua frontera berlinesa, en el barrio Prenzlauer Berg, también instó a derribar los muros que quedan de pie en el siglo XXI. Es nuestro desafío
y está en nuestras manos, igual que lo hicimos aquí, en 1989, en la ciudad dividida
, afirmó.
En la Puerta de Brandeburgo, el presidente francés Nicolas Sarkozy recordó que la barrera fue conocida como el muro de la vergüenza
, y dijo que su caída fue resultado de un sueño
de los europeos.
Mientras participaba de los festejos en Alemania, Sarkozy fue blanco de las críticas de la prensa francesa por haber mentido acerca de su papel en el derribo del muro. El mandatario publicó el fin de semana en la red social Facebook que el 9 de noviembre de 1989 llegó a Berlín para ayudar a los alemanes a destruir la muralla, acompañado del político Alain Juppé, quien fue primer ministro francés entre 1995 y1997.
Varios periódicos y medios electrónicos desmintieron a Sarkozy señalando que el mandatario no llegó a Berlín hasta el 16 de noviembre, la misma fecha en que los archivos del diario conservador Le Figaro muestran que Juppé se trasladó a Alemania.
Otro de los invitados que polemizaron en torno a los hechos de 1989 fue Walesa, quien aseguró que Gorbachov nunca quiso derribar el comunismo ni el Muro de Berlín
, y confesó que lo que hoy me entristece es que convertimos en héroes a los que no lo fueron
.
Según el también ex presidente de Polonia, en declaraciones difundidas por la televisión de su país, la verdad es que 50 por ciento de la caída del muro corresponde a Juan Pablo II, 30 por ciento a Solidaridad y a Lech Walesa, y 20 por ciento al resto del mundo
.
Gorbachov, recibido en las calles de Berlín con gritos de “¡Gorby, Gorby, Gorby...!”, no respondió directamente a Walesa, pero en la ceremonia principal dijo que él y el entonces jefe de gobierno de Alemania, Helmut Kohl, sabían que el muro caería, pero pensábamos que sucedería en el siglo XXI
.
En otra de las actividades conmemorativas, correspondió a Walesa empujar un muro de naipes gigantes que simbolizó la caída del muro y de la llamada cortina de hierro, la larga frontera entre los países del bloque prosoviético en Europa oriental y los estados capitalistas de Europa occidental.
Las cartas llevaban inscritos los nombres de países como Hungría, Rumania, Checoslovaquia, entre otros, que integraron el bando del este, donde gobernaron partidos comunistas que establecieron sistemas políticos y sociales de tipo socialista.
La cortina de hierro fue aniquilada. Esperamos que la era de confrontación quede en el pasado
, dijo el presidente ruso Dimitri Medvediev en la fiesta de la Puerta de Brandeburgo.
En Moscú, sede de una de las partes enfrentadas en la guerra fría (1948-1990), la prensa no celebró la caída del muro, pese a que Medvediev acudió a la ceremonia de Berlín.
La agencia oficial de noticias Itar-Tass publicó un artículo de Ludmila Alexandrova, una sus columnistas principales, quien destacó que “en Rusia este acto no fue recordado, puesto que mucha gente aquí cree que marcó la victoria del oeste en la guerra fría contra la Unión Soviética”, que significó también décadas de enfrentamiento entre dos sistemas políticos y sociales
.
Alexandrova cita recientes declaraciones de Gorbachov al diario francés Le Monde, en las que señaló que europeos occidentales y estadunidenses interpretan los hechos solamente como el colapso del comunismo
, pero esa errónea posición trajo consigo la destrucción de un proceso
para construir una Europa común al este y al oeste.